Cada día tenemos la elección de vivir
plenamente, la ACTITUD, al final, lo es todo.
Colaboración de Lourdes Siqueiros
Pepe era el tipo de persona que te
encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre
tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le
preguntaba como le iba, el respondía: "Si pudiera estar
mejor, tendría un gemelo".
Era un gerente único porque tenía varias
meseras que lo habían seguido de restaurante en
restaurante.
La razón por la que las meseras seguían a
Pepe era por su actitud.
Él era un motivador natural: si un
empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para decirle
al empleado como ver el lado positivo de la situación.
Ver este estilo realmente me causó
curiosidad, así que un día fui a buscar a Pepe y le
pregunte:
No lo entiendo.... no es posible ser una
persona positiva todo el tiempo
¿Cómo lo haces?... Pepe respondió:
"Cada mañana me despierto y me digo a mi
mismo: Pepe, tienes dos opciones hoy: puedes escoger
estar de buen humor o puedes escoger estar de mal
humor."
"Escojo estar de buen humor".
"Cada vez que sucede algo malo, puedo
escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo
aprender de ello".
"Cada vez que alguien viene a mí para
quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el
lado positivo de la vida. Escojo señalarle el lado
positivo de la vida".
Si, claro, pero no es tan fácil,
protesté.
"Si lo es", dijo Pepe. "Todo en la vida
es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás,
cada situación es una elección".
"Tu eliges cómo reaccionas ante cada
situación, tu eliges cómo la gente afectará tu estado de
ánimo, tu eliges estar de buen humor o mal humor".
"En resumen, TU ELIGES COMO VIVIR LA
VIDA".
Reflexioné en lo que Pepe me dijo...
Poco tiempo después, deje la industria
hotelera para iniciar mi propio negocio. Perdimos
contacto, pero con frecuencia pensaba en Pepe, cuando
tenía que hacer una elección en la vida en vez de
reaccionar contra ella.
Varios años más tarde, me enteré que Pepe
hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de
restaurante, dejó la puerta de atrás abierta y una
mañana fue asaltado por tres ladrones armados.
Mientras trataba de abrir la caja fuerte,
su mano, temblando por el nerviosismo, resbaló de la
combinación.
Los asaltantes sintieron pánico y le
dispararon. Con mucha suerte, Pepe fue encontrado
relativamente pronto y llevado de emergencia a una
clínica. Después de ocho horas de cirugía y semanas de
terapia intensiva, Pepe fue dado de alta, aún con
fragmentos de bala en su cuerpo. Me encontré con Pepe
seis meses después del accidente y cuando le pregunté
como estaba, me respondió:
"Si pudiera estar mejor, tendría un
gemelo".
Le pregunté que pasó por su mente en el
momento del asalto. Contestó: "lo primero que vino a mi
mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de
atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que
tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir
morir. Elegí vivir".
"¿No sentiste miedo?" Le pregunté. Pepe
continuó:
"Los médicos fueron geniales. No dejaban
de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron
al quirófano y vi las expresiones en las caras de los
médicos y enfermeras, realmente me asusté.
Podía leer en sus ojos: "es hombre
muerto." Supe entonces que debía tomar una decisión.
"¿Qué hiciste?" Pregunté.
"Bueno, uno de los médicos me preguntó si
era alérgico a algo y respirando profundo grité: - "Si,
a las balas" - Mientras reían, les dije: "estoy
escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no
muerto".
Pepe vivió por la maestría de los médicos, pero sobre
todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada día
tenemos la elección de vivir plenamente, la ACTITUD, al
final, lo es todo. |