Una historia que nos enseña a dar todo lo que tenemos
Un
hombre que estaba tras el mostrador mirando la calle
distraídamente no se dio cuenta de una pequeña niña de 8
años que llegó a la tienda y apretando su naricita
contra el vidrio de la vitrina miraba el mostrador. De
pronto, sus ojos de color del cielo brillaron cuando vio
aquello que estaba buscando. Pidió ver el collar de
turquesa azul.
- Es
para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?,
dijo al hombre del mostrador.
El
dueño del negocio miro desconfiado a la niña y le
preguntó:
-
¿Cuánto dinero tienes?
Sin
dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo
atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el
mostrador y dijo feliz:
-
¿Esto alcanza?
Eran
apenas algunas monedas que ella exhibía con orgullo.
-
Sabe, continuó, quiero dar este regalo a mi hermana
mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de
nosotros y no tiene tiempo para ella. Hoy es su
cumpleaños y estoy segura que estará feliz con este
collar que es del color de sus ojos.
El
hombre fue a la trastienda, colocó el collar en un
estuche, lo envolvió con un llamativo papel rojo e hizo
un lindo moño con una cinta verde.
-
Tome -dijo a la niña-. Llévelo con cuidado.
Ella
salió feliz corriendo y saltando calle abajo. Aún no
acababa el día, cuando una linda joven de cabellos
rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.
Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio
deshecho y preguntó:
-
¿Este collar fue comprado aquí?
- Sí
señora, respondió el dueño
- ¿Y
cuánto costó?
-
¡Ah!. El precio de cualquier producto de mi tienda es
siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el
cliente.
- La
joven continuó: Pero mi hermana tenía solo unas cuantas
monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tenía
dinero para pagarlo.
El
hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo
cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven
diciéndole:
Ella
pagó el precio más alto que cualquier persona puede
pagar.
ELLA
DIO TODO LO QUE TENIA. |