Existen muchos medios para potenciar en nuestros hijos
sus capacidades. El día de hoy hablaremos sobre:
TELEVISIÓN Y EDUCACIÓN
Pocos
temas suscitan tanta polémica en los últimos tiempos
como el de la televisión. Acérrimos defensores y
detractores feroces se enfrentan en una polémica que,
como casi todo en la vida, tiene un punto medio. ¿Es la
televisión algo bueno en sí mismo o es un arma que
destroza mentes? Ni lo uno ni lo otro. La TV en si misma
considerada es un medio, un electrodoméstico que será
bueno o malo según el uso que de él hagamos.
Si
hacemos un buen uso de ella será una herramienta
estupenda para ayudarnos en la educación de nuestros
hijos, si la usamos como niñera será un desastre;
si a través de ella se dan pautas buenas de
comportamiento, si con ello se forma al individuo será
estupendo, si con ella se deforman las conciencias será
un arma de hacer el mal.
Los
niños aprenden más cuanta más atención prestan, y así
como un niño de 10 años en la escuela atiende un 50% del
tiempo, en casa lo hace un 27% y ante la televisión un
95%. Usemos
la TV para enviar mensajes positivos La televisión nos
manda normalmente normas de comportamiento, vivencias,
patrones de conducta, modelos sociales, anuncios
dirigidos a mover la voluntad. La mayoría de los
objetivos de la televisión son económicos y políticos.
Pero es
difícil controlar qué ven nuestros hijos. Sobre todo los
anuncios que pasan a la hora de programas para niños y
adolescentes, así que la única solución es ver la
televisión con ellos, comentar y hablar con ellos lo
que estamos viendo, de esta manera estaremos educándoles
el sentido crítico. También tenemos que educar en
horarios, que día se ve la tele, a que hora, que
programas y no caer en el truco de encender el
televisor a ver que hay.
Es
fundamental el lugar físico que ocupa la tele,
el número de aparatos que hay en casa, etc... Si este
artefacto es el centro de la sala lo normal será que
esté encendido todo el día, pero si está dentro de un
mueble, etc... no la veremos y no nos provocará. Conozco
familias que lo han hecho y con unos resultados
formidables.
Resulta
lamentable que cada miembro de la familia tenga un
aparato de TV en su cuarto, como es lamentable que
momentos tan entrañables como las comidas se vean
interrumpidos por la televisión y que impide que la
familia se comunique.
Así
como la lectura, la música, el juego, fomentan la
imaginación y otras capacidades la televisión mal
usada crea seres pasivos, no críticos, sin ideas
propias.
La
tele no es una niñera.
Como siempre el ejemplo de los padres es fundamental, si
son unos teleadictos difícilmente conseguirán que su
hijo no lo sea.
Consejos:
·
Coloque la televisión en un sitio de difícil acceso y que no se vea.
·
Programe semanalmente que van a ver.
·
No enciendan la televisión a ver que ponen.
·
No prohíba ver la televisión, hágase cómplice del niño, provoque otras
actividades, intente que sea el niño quién apague el
receptor.
·
Cuando su hijo vea televisión, véala con él, hágale crítico ante los
anuncios, déle pautas.
·
No tenga un aparato por habitación. |