Por: Enrique Baldovino
¿Quién de nosotros no ha tenido un momento de extremo
dolor? ¿Quién nunca ha tenido, en algún momento de su
vida, ganas de desistir? ¿Quién nunca se ha sentido
sólo, extremadamente sólo, y tuvo la sensación de haber
perdido la dirección de la esperanza?
Ni las personas famosas, ricas, importantes, están
libres de tener momentos de soledad y de profunda
amargura... Fue lo que le ocurrió a uno de los mas
reconocidos compositores de todos los tiempos, llamado
Ludwig Van Beethoven, que nació en 1770, en Bonn,
Alemania, y murió en 1827, en Viena, Austria...
Beethoven vivía uno de esos días tristes, sin brillo y
sin luz. Estaba muy abatido por el fallecimiento de un
príncipe de Alemania, que era como un padre para él...
El joven compositor sufría de una gran carencia
afectiva. Su padre era alcohólico y lo agredía
físicamente. Falleció en la calle, por esa causa .Su
madre murió muy joven. Su hermano biológico nunca lo
ayudó en nada, y, súmese a todo esto, el agravamiento de
su enfermedad. Síntomas de sordera, comenzaban a
perturbarlo, al punto de dejarlo nervioso e irritado...
Beethoven solamente podía oír usando una especie de
trombón acústico en el oído. El llevaba siempre consigo
un papel o un cuaderno, para que las personas
escribiesen sus ideas y así poderse comunicar, pero no
todas tenían paciencia para eso, ni para leer sus
labios...
Notando que nadie entendía, ni lo ayudaba, Bethoven se
retrajo y se aisló. Por eso ganó la fama de misántropo.
Fue por todas estas razones, que el compositor cayó en
una profunda depresión. Llegó a escribir un testamento,
diciendo que se iba a suicidar...
Pero como ningún hijo de Dios está olvidado, llegó la
ayuda espiritual, a través de una muchacha ciega, que
vivía en la misma modesta pensión, donde Beethoven se
había mudado, y que le dijo casi gritando: "Yo daría
todo por poder ver una noche de luna"
Al oírla, Beethoven se emociona hasta las lágrimas. Al
fin y al cabo , él podía ver. El podía poner su arte en
sus composiciones...Las ganas de vivir se renovaron y
entonces compuso una de las piezas más hermosas de la
humanidad: "Sonata Claro de Luna"
En su tema, la melodía imita los pasos lentos de algunas
personas, posiblemente, los suyos o los de otros, que
llevaban el cajón mortuorio del príncipe, su
protector...
Mirando al cielo plateado por la luna, y recordando a la
muchacha ciega, como al preguntarse el por qué de la
muerte de un mecenas tan querido, él se deja sumergir en
un momento de profunda meditación trascendental...
Algunos estudiosos de música dicen que las tres notas
que se repiten, insistentemente, en el tema principal
del 1º movimiento de la Sonata, son las tres letras de
la palabra "why"? u otra palabra sinónima, en alemán...
Años después de haber superado el sufrimiento, llegaría
el incomparable Himno a
la Alegría,
la 9ª sinfonía, que corona la misión de este compositor,
ya totalmente sordo. Himno a
la Alegría
expresa su gratitud a la vida y a Dios, por no haberse
suicidado...
Todo gracias a aquella muchacha ciega, que le inspiró el
deseo de traducir, en notas musicales, una noche de
luna... Usando su sensibilidad, Beethoven retrató, a
través de la melodía, la belleza de una noche bañada por
la claridad de la luna, para alguien que no podía ver
con los ojos físicos. |