El ritmo de
la vida actual obliga a muchos padres a tener poco
tiempo para estar con sus hijos y si se dispone de poco
tiempo lo que no se puede es perderlo. El camino de la
felicidad pasa por la adquisición de valores, la manera
de transmitirlos y “meterlos” en el corazón de los hijos
es ir “paso a paso”.
Conociendo
las características propias de la edad del hijo, nos
centraremos en los valores que le son propios. La labor
principal de los niños de 6 a 13 años es el estudio
(edad del escolar), y en el estudio se ejercitan una
serie de hábitos propios de valores como la fortaleza,
laboriosidad, reciedumbre, sobriedad, paciencia,
perseverancia, compañerismo y formación de criterio.
La misión
de los padres es ayudar a los hijos a vivir los valores
antes mencionados. La “pregunta del millón” es ¿como?
Obviamente de nada sirve saber la teoría si no sabemos
como ponerla en práctica. A continuación se exponen una
serie de preguntas que pueden servir como orientación.
No conviene responderlas con monosílabos, sí ó no, sino
buscar situaciones cotidianas en la familia y
comentarlas entre el matrimonio. Si no es garantía de
éxito inmediato, por lo menos se caminará en la buena
dirección.
LA
FORTALEZA.
De la misma
manera que el valor base en la edad de 0 a 3 años es el
orden, se puede afirmar que la base de la educación de
los niños de 6 a 13 años es la fortaleza, no entendida
como fuerza física, sino como capacidad de proponerse
metas y luchar por lograrlas aunque cueste. O dicho de
otro modo, conseguir una fuerza interior que les haga
sobreponerse al “no se me antoja”.
Para que
los hijos vivan la fortaleza es necesario que sepan que
existen cosas en la vida por las que merece la pena
luchar, que existe el Bien y que merece la pena luchar
por conseguirlo.
-¿Nuestro
hogar es un hogar de “quejumbrosos”?. En la última
semana ¿cuantas veces se ha oído “que calor/frío tengo”,
“que cansado estoy”, etc?.
- ¿Tenemos
tendencia a proteger excesivamente a los hijos?
¿Sustituimos a nuestros hijos en las tareas que deben
realizar? (Encargos en casa, limpieza de su cuarto,
tareas de investigación, etc.)
- ¿Cuantas
salidas al campo, de excursión, hemos realizado en el
último mes?. Las salidas al campo, o a la montaña son
una escuela de fortaleza y además unen a la familia.
Organizar marchas en las que se suben y bajan cuestas,
se pasa frío o calor, se pasa sed, etc.. son una forma
estupenda de vivir la fortaleza. Además, observar bellos
paisajes ayuda a darse cuenta que merece la pena el
esfuerzo.
- Cuando
nuestros hijos deciden algo y luego se “echan para
atrás” sin motivo ¿les ayudo para que realicen lo que se
habían propuesto, ó , pienso que no tiene importancia?
- ¿Quiero
ayudar a mis hijos a ser “fuertes” mientras yo soy una
persona sin ambiciones de superación y mejora personal?
- En los
fines de semana, vacaciones etc.. ¿Existe un horario de
levantarse de la cama, de estudio, etc..ó las cosas
salen como salen?
Estas son sólo algunas preguntas, tú puedes agregar más
en tu autoanálisis y lo más importante, tomar las
medidas necesarias para llevar a la práctica este valor
en tus hijos. |