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Nov, 07, 2006


 

 

 

 

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Comer juntos en familia

La comida familiar es de una riqueza extraordinaria para cada uno de los miembros de la familia.

 El comer todos juntos es buen momento para unir, educar y compartir. De aquí la necesidad de fomentar, desde que los niños son pequeños –siete años o incluso antes- la importancia de comer en la mesa.

ENTRADA: La importancia de comer en familia

Ingredientes:

-      Todos los miembros de la familia.

-      1 mesa de comedor.

-      Comida.

Con estos pocos y simples ingredientes se prepara una sabrosa entrada con grandes beneficios familiares: saber lo que le está sucediendo a cada miembro y compartir experiencias. Unir y formar a los miembros de una familia. Transmitir valores familiares. Inculcar gustos y tradiciones propias, como por ejemplo una buena receta.

Para lograrlo no se trata de comer juntos en esas ocasiones especiales que se festejan en la mesa como bautizos o cumpleaños, sino por el contrario, es la comida diaria la que tiene un gran valor formador para la familia y los padres deben defenderla a toda costa.

PLATO DE PRINCIPAL: Formación y Enseñanzas

Ingredientes:

-   Una buena dosis de paciencia.

-   Un poco de tolerancia.

-   Muchas normas de urbanidad.

En muchas casas la "política" es que los más chicos no coman con los grandes porque no se aceptan mañas ni faltas de educación. Pero con este criterio, ¿cuándo se educa si no es en la mesa? Sin duda, que los niños que comen con los grandes aprenden mucho sobre buen comportamiento, pues se está en el lugar preciso para hacerlo.

Con los ingredientes mencionados, la meta es inculcar urbanidad y lograr actitudes tan simples pero importantes como:

- Buena presencia: peinado y manos limpias.

- Respetar el turno para servirse, contener la ansiedad.

- Servirse bien: saber tomar y dejar los cubiertos como corresponde.

- Esperar que todos se sirvan para empezar a comer.

- Sentarse bien y no poner los codos sobre la mesa.

- Comer bien: con la boca cerrada y llevar el cubierto a la boca.

- No jugar con los cubiertos, ni hablar con la boca llena.

- Usar correctamente la servilleta y no levantarse a mitad de la comida.

Con estos detalles se logra un excelente plato de fondo que es el respeto a los demás, evitando que bajo el pretexto de la autenticidad o sencillez se deje entrar la falta de cortesía.

POSTRE: Todos al servicio

Ingredientes:

  Abundancia de buena voluntad.

-   Mucha organización.

-   Un poco de creatividad.

Tras una comida ha habido un esfuerzo oculto de muchos. Alguien compró lo necesario y dispuso qué comer, hubo que poner la mesa y preparar la comida, será necesario lavar y guardar. Entonces, como postre, nada mejor que coronar la comida con una organización en la que todos participen y aprendan desde chicos la importancia de ayudar.

MÁS ALLÁ DE LA MESA

El menú: ¿Qué hago de comer mañana? Puede ser una frase torturadora para una dueña de casa si ésta se repite todos los días. Por eso se puede encontrar un minuto para que todos lancen ideas para el menú semanal. Así éste incluirá las salchichas y papas fritas que pidieron los niños, pero también las zanahorias y las lentejas que los alimentan. Además se podrá balancear el menú, de modo que no se topen dos días de caldo de verduras. Y, sobre todo, hará que sea responsabilidad de todos la comida.

Las compras: A esta edad los hijos pueden ser grandes colaboradores a la hora de hacer las compras. Llevarlos para que se hagan cargo de un carro es una buena manera de involucrarlos.

Poner la mesa y ayudar a servir: Los más chicos son especiales para esta tarea. Darlo como encargo fijo y por turnos, evita el desorden que significa que todos se paren o que ninguno lo haga.

Salidas fáciles: Hay veces que por falta de tiempo o presupuesto se tiende a la salida fácil. Pero no hay que dejarse engañar: una pizza puede ser más cara que unas deliciosas entomatadas; y se preparan más rápido unos sabrosos macarrones con queso que los típicos hot dog.

El llamado: El hecho de ser llamado a la mesa implica un momento de calma. Se detiene todo lo que se estaba haciendo por ir a sentarse y estar con los otros. Es un paréntesis en la vida, una especie de retiro espiritual de la familia.

La posición: En la mesa se obliga a estar derecho y hacia adelante, con ello hay una disposición del cuerpo de comunicación y de mirarse más directamente. Hay que destacar que toda reunión importante se hace en torno a una mesa. El abocarse a comer implica un tiempo obligado de atención, porque en la mesa no se aceptan interrupciones. Para levantarse o ausentarse de ella, debe ocurrir un hecho muy urgente o muy violento.

Alimentarse es un momento que te obliga a hablar. El diálogo es más fluido. Esta instancia es la gran escuela de educación.

 

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