Tomado
de la revista Hacer Familia
Continuaremos con las propuestas que nos dan expertos
norteamericanos para lograr ser buenos padres.
Tener tiempo para hacer cosas entretenidas
“Los buenos padres son juguetones y recuerdan lo
importante que es entretenerse con sus hijos. Eso
significa compartir el mundo de los niños siendo parte
de sus juegos.
Los juegos son una increíble forma de transmitir cariño,
ha-bilidades, capacidad de soñar y de trabajar en
equipo. Los juegos son también una forma de recuperarse
de los malos ratos y de echar a volar la imaginación.
Cuando nos involucramos con el mundo de los niños, nos
damos cuenta de que tenemos más energía, nos sentimos
mejor acerca de nosotros mismos y de nuestros hijos y
nos damos cuenta que es la mejor manera de forjar una
relación profunda con ellos”.
Lawrence
Cohen, Ph.D., psicólogo clínico y autor de “Payful
Parenting”.
Ser un gran modelo de vida
“Todos los padres quieren ver a sus hijos (ya crecidos)
como personas responsables, buenas y de confianza. Pero
enseñar valores no es lo mismo que enseñar a un niño a
nadar. Ansiosos por instrucciones, los padres suelen
preguntarme: “¿Servirá si llevo a mi hijo a misa?, ¿o si
le leo historias sobre temas morales?, ¿o si lo
comprometo en una comunidad de servicio?” Yo les digo
que eso puede ayudar, pero la clave para criar a un hijo
con carácter es ser uno mismo una persona con carácter.
La mejor manera de inculcar valores es ser un modelo
fuerte y presente. Una vida entera entre adultos
generosos forma personas generosas; una niñez en que las
cosas materiales no son tan importantes forja adultos
desprendidos; los padres que demuestran sensibilidad y
preocupación por sus hijos inculcan en ellos la
capacidad de empatizar y de ser caritativos con los que
lo rodean.
Los valores no nacen de un libro de texto o de
discusiones abstractas; los niños los aprenden mucho
antes de que sepan leer o discutir. Los valores se
aprenden en las interacciones del día a día. Si un niño
quiere y respeta tu persona y tus valores, va a querer
hacerlos propios”.
Elizabeth Berger, psiquiatra de niños y adolescentes,
autora de “Criando a los niños con carácter”.
Manifestar amor eterno por los hijos
“Demostrarle amor eterno a un hijo es el alma de lo que
es un buen padre. Afortunadamente, forma parte de la
naturaleza...
Mostramos amor a través del afecto: sofocarlos a besos u
ofrecer una sonrisa son formas silenciosas de decir “te
quiero”. También lo es la comprensión de sus necesidades
en cada etapa de la vida: para un infante, seguridad;
para un pequeño, ánimo; para un escolar, inspiración en
las lecciones de su vida; y para un adolescente, tiempo
y juicio en los consejos.
Pero sobre todo, el amor se expresa siendo padres
firmes, estables, confiables y presentes en la vida del
niño, lo que implica no sólo calidad, sino gran cantidad
de dedicación y de tiempo. Implica crear rituales
familiares y disfrutar de los momentos de paz. Es por
ello que no hay habilidad ni aptitud que supla la
condición fundamental de un buen padre: estar, pero
estar atentos y comprometidos”.
William Doherty, Ph.D., director del “Programa de
Terapia Matrimonial y Familiar” de la Universidad de
Minnesota.
Lic. Rosa Elena
Ponce V. |