Tomado
del Libro Educar Hoy de Fernando Corominas
El aprendizaje realizado durante el periodo sensitivo
que le corresponde se lleva a cabo de forma natural,
deja huellas positivas en las células cerebrales y, con
un nivel bajo de esfuerzo, se obtienen resultados altos.
Como
mencionamos el lunes pasado la persona está formada por
la materia, la inteligencia y la voluntad y cada una se
desarrolla a través de diferentes procesos. Hoy
hablaremos de instruir en los períodos sensitivos, para
desarrollar la inteligencia.
Durante el período sensitivo de “hablar”, entre
uno y cuatro años, el niño aprende cualquier idioma
de forma natural y sin esfuerzo, con la única condición
exterior de convivir con alguien que durante ese periodo
le hable en ese idioma.
El
niño internamente esta predispuesto a hablar debido a
sus instintos guía (son los conocimientos innatos que
posee el hombre y que permiten el desarrollo de
conocimientos adquiridos por ejemplo el saber respirar,
llorar y mamar) y a su periodo sensitivo
correspondiente, pero no será capaz de aprender inglés
si no tiene el modelo adecuado a quien imitar. No
necesita clases en ese idioma, simplemente con convivir
con esa persona es suficiente.
Si
durante ese período el modelo no existe o el niño
presenta una actitud de rechazo hacia la persona que
hable inglés a pesar de estar viviendo el período
sensitivo de los idiomas, no lo aprenderá. Por otro lado
si una persona desea aprender otro idioma fuera de este
período sensitivo podrá hacerlo porque es libre y su
voluntad está por encima de sus períodos sensitivos,
pero le costará más trabajo.
Cuando en una misma familia “salen” unos hijos
excelentes pintores, otros aficionados a la música y
otros quizá negados a las matemáticas, hay que pensar
que detrás de esto han existido unos períodos sensitivos
que se han vivido de manera diferente y que la mayoría
de las veces han provocado esas diferencias entre
hermanos.
En
el área de la educación (que es el proceso que
desarrolla la voluntad) es donde puede resultar más
eficaz este tipo de pedagogía, es decir, es en la
educación de la voluntad donde podemos obtener mejores
resultados si utilizamos el conocimiento de los
instintos guías y los períodos sensitivos para
desarrollar las virtudes que hagan llegar a nuestros
hijos a ser personas libres y responsables.
Los
períodos sensitivos que desarrollan la voluntad aparecen
una sola vez en la vida y desaparecen con la edad
adulta, alrededor de los 20 años en los seres humanos.
Pero como hemos mencionado anteriormente, el hombre es
el único ser capaz de negarse a hacer los que sus
instintos le piden y de lograr un aprendizaje fuera de
un período sensitivo.
En las próximas semanas hablaremos de algunas virtudes y
la edad más propicia en la cual debemos desarrollarlas
para obtener mayor eficacia en su enseñanza e
interiorización, ¡no se los pierdan!
Lic. Rosa Elena
Ponce V. |