La adolescencia es una etapa en la que los padres
debemos ejercitar más virtudes que redundarán en la
mejora personal de nuestr@s hij@s.
¿Cual debe ser la actitud de los padres? Es necesario
educar sobre todo con el ejemplo. Mucho diálogo, sobre
todo “escuchando”. Paciencia, sinceridad y humildad para
pedir perdón y reconocer que no siempre tenemos razón,
fortaleza para exigir en aquello ante lo cual no debemos
ceder aunque se arme la de “San Quintín”, esperanza,
optimismo y alegría para no rendirnos ante los aparentes
fracasos del día a día. No olvidemos nunca que los hijos
buscan modelos que les orienten.
PAUTAS DE AUTOEVALUACIÓN DE LOS PADRES
Las
buenas intenciones no bastan hoy en día para tener éxito
en el proceso educativo de los hijos. Es necesario que
los padres tengan conocimiento de que es lo que pueden
esperar y exigir de cada uno.
Deben plantearse objetivos claros y alcanzables. Los
padres debemos autoevaluar de que manera actuamos. Con
las siguientes líneas se pretende, por medio de
preguntas, ayudar a los padres a encontrar vías
concretas, objetivos claros y, sobre todo,
intencionalidad en la educación.
Por
tanto, no estamos ante un test o nada similar, lo único
que se pretende es dar ideas, abrir caminos. Trasladen
las preguntas al actuar diario. Busquen momentos para
poner en práctica las ideas que se les ocurran. Utilicen
papel y bolígrafo para plasmar esas ideas que, de otra
manera, serían olvidadas a los pocos minutos. No busquen
grandes soluciones.
Las
situaciones y problemas se resuelven poco a poco y no a
base de grandes esfuerzos, sino con una lucha constante
llena de optimismo y alegría.
La racionalidad
es una característica del ser humano maduro, ¿cómo
planteárselo a l@s adolescentes?
La racionalidad nos lleva a recabar información para
enjuiciar con criterios verdaderos, analizar las
consecuencias positivas o negativas para la persona y
para los demás antes de tomar una decisión y luego
actuar o no de acuerdo con lo decidido.
Cuando se actúa de determinada forma sin antes haber
ponderado las consecuencias, el resultado no es
propiamente una actuación humana, sino fruto del
instinto, de la obcecación, de lo que “apetece”, de
cualquier cosa menos de lo propio del hombre: la razón.
Los
procesos a los que se ha hecho referencia son: recabar
información, informarse de acuerdo a unos criterios y
juzgar
1.
Para informarse es
necesario comprender, observar y escuchar:
·
¿Procura fomentar en sus hijos la lectura? ¿Existe en
casa una biblioteca básica y atractiva? ¿Sabe si sus
hijos entienden lo que leen?
·
¿Comenta con sus hijos aquello que pueda fomentar su
capacidad de observación (paisajes, edificios, etc.)?.
·
Fomenta que en casa los miembros de la familia se
escuchen unos a otros?
·
¿Buscan momentos de convivencia familiar? ¿Respeta sus
ideas preocupándose de que las razonen? -¿Escucha usted
a sus hijos, dejando a un lado lo que esté haciendo
(leyendo el periódico, por ejemplo)?
2.
Es necesario
informarse bien. En este sentido:
·
¿Ha
reconocido ante sus hijos haberse equivocado alguna vez?
·
Al
hilo de alguna información de prensa, ¿ha analizado con
su hijo lo que son hechos y lo que son opiniones?
·
¿Ayuda a sus hijos a distinguir lo que es importante y
lo que no lo es tanto? ¿Cómo?
·
¿Ha
comentado con sus hijos que se pueden tener ideas
preconcebidas que impidan el juicio objetivo?
Lic. Rosa Elena
Ponce V. |