Por el Padre Ricardo Búlmez
Voy a
decir algo que con seguridad va a molestar a muchos,
pero que cuando se los explique les va a molestar más, y
es que a veces cuidamos más lo seguro que tenemos, que
lo inseguro.
Me
explico: yo siempre digo, no cuides tanto a tu familia,
cuida a tu pareja y la gente se sorprende. ¿Pero como
que no voy a cuidar mucho a mi familia? ¡Es mi familia!
Y no, tu familia, está segura, es tu familia, nunca se
pierde.¿Ustedes han oído decir a alguien «allí va mi
ex hijo, allí va mi ex padre»? No, ¿verdad?. Pero sí
han oído mucho, «allí va mi ex pareja».Entre los
padres, los hijos, los hermanos, la familia, lo más
seguro que se tiene, no hay ex. Ellos están allí y por
muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo que
tarden en escribirse o en hablarse, ellos están allí.
Usted
no puede decir «aquella señora que va pasando por
allí fue mi madre por 35 años». Ella está allí, ella
está segura.
Y es
más, les voy a decir otra cosa, de todos los amores, de
todos los lazos, de todos los puentes, el amor más débil
que existe es el de pareja.
En una
pareja no hay nada. Por eso hay que darlo todo, para
quedarse con algo. Tener una pareja es como cuidar una
flor. Si una flor no se riega, se muere, y si se riega
mucho, también. Hay que ser un artista para cuidar una
flor. Yo no sé cuidar flores, por eso soy cura. Por eso,
el amor de padre, de madre y de hijo es como tener un
“cují coreano”, nadie los riega, pero está ahí. Eso que
llamamos amor eterno se da en papá, en mamá, en un hijo,
y en los amigos, que también puede ser un amor eterno.
Pero en una pareja es un amor diario, tiene que cuidarse
todos los días.
Tengo
un hermano en los Estados Unidos que se fue hace más de
diez años y duré más de diez años sin hablarle. Nunca le
llamé, y puedo decirlo que hasta por descuido. Siempre
sabía de él por mamá, y cuando vino por primera vez
desde que se había ido, lo fui a buscar al aeropuerto, y
cuando nos vimos el abrazo fue tan fuerte que lloramos
de emoción.
Allí
estábamos.
Pero
aléjate de tu pareja diez años a ver qué encuentras. Por
eso digo que el amor de pareja es amor de todos los
días. Yo puedo hablar con mi mamá cada semana, una vez a
la semana, pero si tuviera pareja la estuviera llamando
a cada momento. Y no es que sea bueno o malo, es que el
amor es así. Por ejemplo, yo comparo el amor de aquellas
parejas que por alguna circunstancia del destino tienen
un hijo discapacitado. No es que no quieran a los otros,
pero ellos están seguros. De aquél tienen que estar más
pendientes, porque se puede caer, porque a lo mejor no
come solo. En cambio, los otros están y los quieren
igual, y saben que están ahí.
Si
tengo una pareja, ese es el amor discapacitado. De ese
tengo que estar más pendiente porque necesita más. El
amor de madre es independiente, el amor de pareja es
dependiente. Ella depende de mí y yo dependo de
ella.
Estamos
unidos «hasta que la muerte nos separe», pero el
amor que nos debemos es como el amor de un hijo
discapacitado.
Lic. Rosa Elena
Ponce V. |