Valentin Araya-Mesen
Según estudiosos del matrimonio antes de los 60´s
no se hablaba mucho de la comunicación en el matrimonio,
a partir de entonces se comenzó a hablar de la
importancia que ésta tenía dentro de la relación de
pareja, convirtiéndola en el soporte principal donde
descansaba el éxito matrimonial.
La comunicación puede ser la base más importante
donde descansa el éxito de cualquier proyecto. Sin
embargo, cuando se refiere al matrimonio, la
comunicación es sólo uno de los aspectos importantes
para que un matrimonio tenga éxito.
Primero que nada, después de que la pareja se ha
comunicado tiene que venir un
compromiso. El compromiso que se adquiere cuando dos
personas negocian un asunto y llegan a un acuerdo. El
compromiso de no regresar atrás y respetar los acuerdos
hechos. Segundo, hay otros valores que van conformando
la base de un matrimonio feliz, que se mencionarán a
continuación:
Respeto.
Ya se mencionaba el respeto al compromiso adquirido.
Pero es prudente mencionar también el respeto entre sí.
Respetarse es venerarse, tener consideración y
amabilidad, obsequiarle a la pareja atenciones y
delicadezas, cuidar su lenguaje.
La ayuda mutua.
Ayuda mutua es la cooperación en todo, en las buenas y
en las malas, en la enfermedad y en la salud, en la
pobreza y en la abundancia, en las labores del hogar y
en la educación compartida y comprometida a sus hijos en
la disciplina. A través de la ayuda mutua la pareja se
complementa, se integra, progresa, se perfecciona y
alcanza la felicidad que tanto anhela.
La fidelidad.
La fidelidad no es fácil. Se podría pensar que la
infidelidad es sólo el hecho de un nuevo amor de parte
de uno en la relación. Esta es sólo una forma de
infidelidad, porque se es infiel cuando no se respeta el
compromiso que se hizo al contraer matrimonio. Se es
infiel cuando por negligencia no se le dedica el
suficiente tiempo al cónyuge o a los hijos. Se es infiel
cuando los amigos o las amigas personales tienen el
primer lugar sobre el cónyuge o los hijos. Se es infiel
cuando sólo amo con un amor condicionado a ciertas
exigencias para mi conveniencia.
La humildad.
La humildad simple y sencilla que lleva a los esposos a
preocuparse más de sus deberes que de sus derechos.
Gastarse y desgastarse por hacer feliz a su pareja.
La paciencia.
La paciencia lo salva todo. Impide a los esposos
irritarse ante sus debilidades, y los lleva a amarse
hasta en sus defectos. La paciencia es la base del
crecimiento personal y de pareja.
La confianza.
Es de suma importancia que en la pareja haya una
confianza absoluta. No se oculten nada. Que no haya
sombras que den paso a los malos entendidos. No acumulen
resentimientos ocasionados por la desconfianza. Es mejor
aclarar todas las dudas, para que cada nuevo amanecer
sea claro y brillante.
La Libertad.
La libertad se entrega por amor, y por amor a la
libertad nos atamos al matrimonio. Es importante no
esclavizar al cónyuge, dejándole libre para que crezca
como ser humano. No la(o) domines, ámala(o).
Armonía sexual.
Un acto sexual debe ser consecuencia de un gran amor. El
acto sexual es una manifestación de amor que sobrepasa
las limitaciones de las palabras. Una manifestación que
expresa el amor, el afecto, la unidad que un esposo y su
esposa deben compartir en medio de todas las
responsabilidades y trabajos de la vida diaria.
Responsabilidad.
Ser responsable no es únicamente llevar al hogar lo
necesario para cubrir las necesidades materiales. Ser
responsable es no olvidar el compromiso adquirido de
educar a sus hijos. Ser responsable es preparar a los
hijos para la sociedad, para que puedan dar testimonio
con sus vidas, a través de una alta escala de valores
morales y espirituales. Ser responsable es saber
administrar el tiempo en favor de la familia.
El amor.
No es por ser menos importante que se ha puesto de
último. El amor es lo que da sabor a todo lo demás. El
amor es el vehículo que hace que todos los elementos
anteriores entren en relación en la vida matrimonial. Es
el que da sentido y valor al matrimonio. Si no hay amor,
todos los otros valores se desmoronan y el matrimonio se
desfigura en un contrato temporal que sólo satisface
apetitos egoístas.
Todo matrimonio que, de una manera u otra, dé
importancia a los anteriores elementos, asegurará su
permanencia y su felicidad. El mundo está lleno de
personas que se comunicaron muy bien en su matrimonio, y
que terminaron por comunicarse muy bien también, que se
iban a divorciar.
Para la reflexión:
1.- ¿Cuáles de los anteriores elementos no están
presentes en mi matrimonio?
2.- ¿Cuáles elementos sí están presentes?
3.- ¿Cómo puedo incluir dentro de mi relación aquellos
elementos que me faltan?
Lic. Rosa Elena
Ponce V. |