Graciela de Filipis
De
niños creemos que mamá todo lo puede, que no siente
cansancio, que no sufre... esa imagen que guardamos de
ella con el tiempo no coincide con la que vemos cuando
pasan los años...
Entonces descubrimos que mamá también sufre, se cansa,
esta triste, no tiene fuerza, calla ocultando el
dolor...
La
vemos como un héroe sobrevivir a grandes tragedias,
llevarnos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la
vida siempre del lado más bello...
De
niños no entendemos sus lágrimas... de adultos nos
preocupan... o no las comprendemos...
Así
como nosotros necesitamos tantas veces de la protección
de esos brazos fuertes, de la comprensión de nuestros
gestos o de nuestros silencios, de nuestro dolor... ella
también nos necesita...
Por
eso debemos detenernos y observarla... abrazarla y hacer
que sienta que estamos allí... que nos importa, que es
valiosa... y de esta forma regresaremos a ella el más
hermoso sentimiento que nos enseñó, el sentimiento que
lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la
vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el
que nos hace luchar por nuestros sueños e ideales...
pero por sobre todo nos enseña a dar sin pedir nada a
cambio: El Amor.
¡Gracias mamá!
Rosa
Felicidades a todas las madres en su día y siempre,
porque no es necesario un día especial para decirle a
nuestra mamá cuanto la queremos, hay que decírselo y
sobre todo mostrárselo todos los días.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |