Un mal sobre el cual es difícil hablar
Concluiremos hoy este importante tema.
La
violencia doméstica es una enfermedad contagiosa
En los
hogares disfuncionales en los cuales un cónyuge maltrata
al otro, es común el maltrato a los niños. Constituye
violencia no sólo el darles fuertes golpes, sino también
gritarles, menospreciarlos, castigarlos excesivamente o
negarles la atención, la aceptación y el amor que son
tan imprescindibles para su desarrollo emocional y
social. También es un acto de violencia en el caso de
los padres divorciados, el hablar mal del ex-cónyuge
delante de los hijos o utilizarlos para hacerle daño al
otro.
Lamentablemente, cuando una mujer está siendo víctima de
cualquier tipo de violencia por parte de su esposo o
"compañero", está tan enfrascada en defenderse que a
menudo no puede darse cuenta del daño que también están
sufriendo sus hijos. A veces permite hasta los maltratos
físicos o verbales a éstos por parte del padre o
padrastro, porque se siente incapaz de detenerlos ni
siquiera en lo que respecta a sí misma.
Los
casos de violencia doméstica o intrafamiliar abundan. Es
algo que puede sucederle a cualquiera porque se trata de
una enfermedad psicológica que debe ser tratada.
Todos los que están involucrados en la violencia están
enfermos y necesitan ayuda
Hasta
que no se conozcan los hechos, ninguno de ellos la
recibirá. No se les hace ningún favor a los miembros de
una familia que está en estas circunstancias al ayudarle
a mantener este horrible secreto. Se les debe motivar a
obtener ayuda.
El
continuar permitiendo este tipo de abuso tiene graves
consecuencias sobre todo para los niños, muchas de las
cuales sólo se manifestarán pasados muchos años. A veces
los niños se convierten en victimarios y las niñas en
víctimas igual que su mamá. Los niños que crecen en
hogares violentos tienen una gran probabilidad de ser
criminales en el futuro.
¿Qué
puede hacer la víctima si su cónyuge rehúsa buscar ayuda
o aceptarla?
Cuando
los esfuerzos para resolver la situación fracasan, el
ataque físico continúa y la salud física y mental de la
mujer (o del hombre si ésta es la agresora) está
seriamente afectada, la víctima tiene el derecho y el
deber de escapar y buscar refugio con su familia,
amistades, o en refugios especiales en la ciudad en que
vive. No permanezca en una situación de maltrato físico
o emocional, busque ayuda tanto para sí misma como para
sus hijos y su victimario.
Puesto
que no hay respeto mutuo, el amor llega a morir en la
pareja que continúa en una relación abusiva mucho
tiempo. Toda persona tiene derecho a que se le respete
su vida y su dignidad.
Ayudemos a las víctimas y a sus victimarios
Todos los que valoramos la vida humana debemos de estar
alerta para ayudar a las víctimas y a los victimarios a
salir de ese círculo vicioso, para que puedan recuperar
su autoestima y el sentido de su propia dignidad. Tanto
unos como otros necesitan la ayuda, no les demos la
espalda.
Si hay cerca de ti personas que viven este problema
puedes canalizarlos, en Chihuahua, a:
·
Instituto Chihuahuense de
la Mujer
Tels. 429-3505, 429-3300 Ext. 24379
·
CAPPSI Tels. 426-7734, 35 o 36
·
Clínica Psicológica Familiar Tel. 413-9615
Bibliografía:
"Apuntes
de vida y fe" de Lic. Jesús Arina
Charla
sobre Codependencia de Lic. Doris Amaya,
Arquidiócesis de Miami, febrero de 1996.
"Psicólogo
sostiene que violencia genera violencia", Diario Las
Américas, marzo de 1998.
"Los niños: Víctimas olvidadas de la violencia
doméstica" por la Fiscal Estatal de la Florida para
el Condado Miami-Dade, EE.UU., Katherine Fernández
Rundle, Diario Las Américas, nov. de 1999.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |