Las burlas son situaciones totalmente inesperadas que
pueden ocurrir en cualquier parte, debemos enseñarles a
nuestros hijos comportamientos útiles para ayudarles a
enfrentarse a ellas.
Tomado de Somos Padres
Continuamos con las técnicas que debemos enseñarle a nuestros
hijos para que salgan adelante ante las burlas
§
Debemos
enseñar a nuestro hijo a quererse y a valorarse.
El que un grupo de niños te machaque durante la media
hora que dura el recreo destroza la autoestima de
cualquiera, por lo que le deberemos mostrar todo lo
bueno que hay en él. Así cuando se estén burlando él
podrá pensar " A mi no me importa tu opinión, porque
yo tengo muchas cualidades muy buenas por las que me
quieren mucho".
§
El escudo humano. Ayuda a tu pequeño a crearse una gran coraza a su alrededor, donde las
palabras hirientes reboten. Él puede ser uno de esos
súper héroes que ante una amenaza despliegan su escudo
protector y por mucho que les intenten hacer daño los
malos no consiguen atravesarlo. Relájate con él y haz
que se visualicé en el patio del cole y cuando empiecen
a reírse de él, que vea como se despliega su escudo
mágico, ningún otro niño lo ve, pero él y tu sabéis que
le está protegiendo.
§
Ensayar respuestas entre los dos. Enséñale a sacar fuerzas para darle la vuelta a la
situación. Cuando le están llamando gafotas, él
puede responder: "te gustan mis gafas ¿eh? pues lo
siento no se prestan". El transformar la situación
hará que el burlador se convierta en burlado. Otra
sencilla forma de transformar una situación es
aceptarla, si le dicen eres un enano, el puede
responder "es verdad soy bajito ¿Y?" El burlador
se quedará desconcertado ante la evidencia.
§
Una vez
puestas en práctica las técnicas anteriores y sólo en
función de la madurez de nuestro pequeño, le podremos
enseñar a reírse de sí mismo, contándole nuestras
propias experiencias cuando nosotros éramos los que
recibíamos estas burlas. El sentido del humor es una de
las cualidades mejor apreciadas por cualquier círculo
social ya sea adulto o niño.
§
Cada
día revisaremos los avances y ensayaremos nuevas
estrategias para que él no se quede sin argumentos. Intentaremos
analizar juntos qué niños son los que le hacen daño,
para alejarse de ellos y cuales le benefician para
acercarse más, invitándoles a merendar por ejemplo. De
esta complicidad podéis sacar mucho más partido del que
te imaginas.
Evidentemente si la burla llega a mayores y se convierte
en acoso o en agresiones físicas, hay que poner en
práctica medidas más drásticas para ayudar a nuestros
pequeños, como hablar con profesores, padres, o quien
proceda.
En
definitiva nosotros no podemos prevenir que esta
situación se produzca, lo que sí podemos es evitar que
le hiera o que le haga sentirse inferior ante su
círculo. Por supuesto si es nuestro hijo el que se burla
de los demás, deberemos ensañarle a no hacerlo,
ayudándole a comprender cómo se sentiría él en esa
situación.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |