Te damos algunos consejos útiles para evitar que tu hijo
pase demasiado tiempo frente al televisor.
Es
fácil -y tentador a veces- dejar a tu hijo viendo
televisión: cuando llega de la escuela, lo sientas, y
mientras preparas la comida o terminas lo que estaba
pendiente en casa, y antes de que te des cuenta, tu niño
ha pasado cerca de cuatro horas frente a la “niñera
electrónica”, cuando los expertos sugieren que el tope
máximo es la mitad de ese tiempo.
La
televisión ejerce una enorme atracción para la mayoría
de los escolares, pues proporciona entretenimiento
pasivo, sin esfuerzo. Aunque, a esta edad, los niños
también tienen cierto control sobre lo que ven: manejan
con propiedad el control remoto y saben los horarios de
sus programas favoritos.
Gracias
a su enorme curiosidad, la televisión se convierte en un
magnífico medio para conocer acerca del mundo. Sin
embargo, es imperativo. que los padres impongan límites,
tanto en los contenidos como en la cantidad de tiempo
que los niños permanecen frente a la pantalla.
Aquí
está la razón: los escolares en los primeros años no
tienen la capacidad de regular sus propios hábitos. Y un
niño que pasa su infancia frente al televisor pierde la
posibilidad de ejercitarse, socializar, estudiar y
jugar. Numerosas investigaciones han mostrado que los
niños que ven mucha televisión deben esforzarse más para
realizar sus trabajos escolares y tienen mayor
propensión a comportamientos agresivos, además de tender
a la obesidad.
PARA CHICOS 'TEVEDEPENDIENTES'
¿Quieres analizar y corregir los hábitos de tu pequeño
televidente? A continuación te proponemos algunas
estrategias.
Lleva un diario. Un estudio reciente afirma que los adultos ven televisión
más de cuatro horas y media por día, por lo que quizá tu
hijo no sea el único que deba corregir este hábito.
¿Dejas encendido el televisor mientras realizas los
quehaceres? ¿Tu esposo se adueña del control remoto tan
pronto llega a casa? ¿Ven televisión durante las
comidas? (el 84% de las familias lo hacen aunque sea de
manera eventual). Si has contestado afirmativamente, es
hora de cambiar de hábitos, por el bienestar del niño.
Leer
paga.
Por regla general, un niño invierte cuatro veces más
tiempo mirando la TV que leyendo por diversión.
Jacqueline Moreno aplicó un ingenioso método con sus
gemelos, que ingresaban a segundo de primaria: por cada
minuto de lectura (aparte de las tareas), los niños
ganaban un minuto de televisión, con un máximo acumulado
de una hora.
Disimúlalo. Ver un televisor apagado es una tentación para tu hijo,
salvo que lo cubras con una tela decorativa, por
ejemplo, o adquieras un mueble con puertas que lo
oculten. Otra opción es trasladar el aparato al armario
que contiene los juguetes: de esta manera, nadie
extrañará la televisión porque no está a la mano.
¡Te tengo el plan! Inscribe a tu hijo en un club deportivo o en una actividad
que le permita relacionarse con más niños de su edad.
Bien sea fútbol, natación, escultismo, danza, pintura o
música, pronto la agenda de tu pequeño estará tan
ocupada que perderá interés por los dibujos animados.
Negocia. Diseña en la computadora varios cupones, cada uno de 30 minutos para ver
televisión y dáselos a tu hijo. Dile que tiene derecho a
usar dos por día y que puede reunir más si hace tareas
adicionales. Tu niño puede gastarlos cada día o
ahorrarlos para ver una película durante el fin de
semana.
Noches especiales. Tu hijo
apagará gustoso el televisor si decides compartir con él
una noche de juegos: monopolio, lotería, rompecabezas,
cualquier actividad contigo será inolvidable para él...
y para ti también.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |