Por
Pilar Guembe
Tomado de
“Fluvium”
Soy madre de dos hijos, uno de 2 años y medio y una
niña de 2 meses. Mi hijo mayor desde que nació ha sido
un niño muy especial: mal dormidor, llorón, protestón,
no soporta la frustración, independiente (incluso abría
la puerta y se iba de casa), explorador hasta el
extremo,… por otro lado ha sido noble, cariñoso y nada
peleonero. Estuvimos asistiendo con una educadora
infantil durante algún tiempo hasta que creímos
controlar sus pataletas. Al nacer nuestra pequeña ha
vuelto el pequeño diablo y su comportamiento es terrible
(los celos, digo yo). El caso es que no nos obedece
nada, da igual si le echas un sermón, le ofreces
premios, lo castigas o, incluso le pegas. Estamos
llegando a un límite que no nos hace disfrutar de
nuestro hijo y estamos a la expectativa de la barbaridad
que pueda hacer (escaparse, romper las cosas, pataletas
ante cualquier no,…). A ver si me pueden dar algún
consejo para que llegue algo de paz a mí casa.
Gracias. Marian
Estimada Marian:
Como
tú bien dices, parece que se trata de un caso de celos.
Tu hijo mayor se siente “el príncipe destronado” y no
hace otra cosa que llamar tu atención. Quiere (necesita)
que estés con él, que le hagas caso, porque ha notado
que “otro” le está quitando protagonismo. Tu hijo no la
está pasando bien, pero es un proceso que tiene que
superar, y que cuando lo haga habrá dado un paso más en
su maduración. Para ayudarlo a afrontar la nueva
situación, puedes seguir estas pautas:
•
Elogiarlo, valorarlo, dile que le quieren y
demuéstraselo. Está sintiendo justamente lo contrario,
por lo que deben llenarlo de afecto.
•
Procura no manifestar el cariño hacia su hermana con
demasiada efusividad cuando él esté presente. Eso no
significa que tengamos que ser fríos: el sentido común
nos dirá qué actitudes pueden herirle y cuáles no.
•
Muéstrale lo importante que es hacerse mayor, con
comentarios del tipo: “qué bien que te estás haciendo
mayor…”, “ayúdame a hacer esto que ya eres grande…”.
•
Cuida la forma como actúan otros miembros de la familia:
abuelos, tíos, padrinos…, porque algunas de sus
actitudes pueden fomentar inconscientemente los celos
entre los hermanos.
• No
castigarle cuando manifieste su envidia. Mejor
ignorarla. Debemos pensar que está sufriendo un arrebato
y que no es culpable de lo que siente. Eso no significa
que no tengamos que intervenir si existe un riesgo
evidente.
•
Ten mucha paciencia. Debemos entender que la está
pasando mal. Los celos pueden presentarse de un día para
otro, pero no se extinguen tan rápidamente.
• Es
positivo que pueda tener algún privilegio como hermano
mayor, como ir con papá a montar en bici o poder llevar
el carrito del super.
•
Hacerle partícipe de los cuidados de su hermana: ayudar
en el baño, traer el pañal, ponerle el chupón…
•
Nunca hacer comparaciones entre los hijos. Debemos
cuidar especialmente este punto, porque, muchas veces,
de manera inconsciente, manifestamos favoritismos o
preferencias por algún hijo en particular.
En
fin, dedícale tiempo a solas. Aunque ahora no dispongas
de tanto, es muy importante que busques el necesario
para tratarle con exclusividad. Es bueno que se sienta
atendido y que vea que guardamos un tiempo para él sin
compartirlo con nadie más.
Un
saludo. Pilar
Esperamos que estos consejos les ayuden a todos los
padres que como Marian se encuentran en una situación de
celos entre hermanos por la llegada de un nuevo miembro
a la familia.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |