Tomado
de Advocates for Youth
…
pues entonces, él o ella ya ha recibido muchísimos
mensajes sobre la sexualidad... o sea, más de tres años
de información. Póngase a pensar:
·
cuando se les toca y abraza a los bebés, se les enseña
que son queridos.
·
cuando les escogemos ropa (azul o rosada), juguetes
(carritos o muñecas) o actividades (juegos de pelota o a
la casita), les presentamos mensajes sobre los papeles
de hombre y de mujer.
·
ver
a un hermano, hermana o padre bañándose enseña las
diferencias físicas entre hombre y mujer.
·
la
buena (o la mala) voluntad de los padres a responder
honestamente a la pregunta: "Y, ¿cómo salió el bebé?"
transmite una actitud sobre el sexo.
En
realidad, Ud. ha estado educando a su hijo sobre el sexo
todo el tiempo, con sus palabras y también con su
silencio; con su comunicación verbal y corporal. Sus
respuestas y acciones han enseñado mucho a su hijo sobre
la sexualidad—no sólo con la mera información, sino por
sus valores y actitudes.
Ud.
no puede evitar ser el más importante educador sexual de
su hijo … y tampoco lo debe de evitar. Siendo su padre o
madre, Ud. es quién más influye sobre el desarrollo y
las actitudes sexuales de su hijo. La experiencia
familiar que rodea al niño desde su nacimiento determina
hasta que punto su hijo va a tener sentimientos
saludables y positivos sobre la sexualidad.
Con
todo eso, la idea que la educación sexual empieza desde
el nacimiento es para mucha gente una idea rara. Por
consecuencia, los padres pueden dejar pasar muchos años
antes de darse cuenta que
los niños, desde los
muy pequeños, merecen una educación sexual bien pensada
y con buena intención. Entre más
concientemente educan los padres a sus hijos acerca del
sexo, mejor les van a preparar a enfrentarse con las
elecciones y los desafíos que les esperan.
Bueno—cuando mi hijo pregunte, entonces le digo …
…
pero, ¿va a reconocer las preguntas? Los niños se
interesan a la sexualidad mucho antes de que puedan
hacer preguntas. Por ejemplo, un niño pequeño puede
querer ver a papi bañándose o tocarle el vientre a mami,
embarazada. Estas situaciones presentan "momentos
ideales para enseñar" lecciones sobre la anatomía, la
reproducción y el nacimiento.
Cuando los padres aprovechan esas oportunidades, no sólo
les dan información a sus hijos, sino que también
demuestran su voluntad de discutir del sexo con ellos.
Así se establece un ambiente de confianza y de
bienestar, lo que anima a los niños a pedir a sus padres
la información sobre la sexualidad que necesiten en el
futuro.
No
se preocupe que le haya dicho demasiadas cosas demasiado
temprano. Su hijo va a asimilar lo que él o ella pueda y
mostrar aburrimiento con lo demás: va a bostezar, tener
los ojos lustrosos, se va a levantar … Pero sus
comentarios no serán gastados. Su hijo tal vez no captó
todos los detalles, pero si va a entender que
"a mami y papi
se les puede preguntar".
No
corre peligro con mucha información demasiado temprano;
por el contrario, corre más peligro con muy poca
información demasiado tarde. Cuando los padres reconocen
las preguntas y contestan con cariño y honestidad, están
en el buen camino para dar calidad a la educación sexual
de su familia.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |