La carcajada de tu hijo no sólo es un sonido
maravilloso, también es una auténtica terapia para él.
Por
Marta Torres
En
el plano físico, cuando reímos, segregamos unas hormonas
llamadas endorfinas que actúan como analgésicos
naturales y ayudan a superar los momentos de malestar.
La saliva que se segrega al reír tiene una mayor
cantidad de inmunoglobinas, anticuerpos que
ayudan a combatir enfermedades, y los músculos que se
ejercitan con la sonrisa, risa o carcajada son nada
menos que 400.
Tanto es el beneficio físico de la risa que cada
vez más hospitales infantiles tienen visitas periódicas
de payasos, ya que está comprobado que los niños se
recuperan mejor y más rápido si ríen.
En
el plano psíquico hacer que un niño se ría o sonría con
frecuencia es hacer que sea una persona optimista,
con una mayor inteligencia emocional y por lo tanto una
mayor autoestima. Los padres pueden hacer mucho para
conseguir que sus hijos se conviertan en seres alegres y
receptivos.
Hacer de los actos cotidianos un momento positivo
es cuestión de proponérselo: al andar por la calle le
puedes contar todo lo que vas viendo de forma
interesante e imaginativa, al quitarle la ropa para
cambiarl@ le puedes hacer cosquillas, al bañarl@ puedes
hacer espuma para que se sumerja en “un mar de
burbujas”, al ir al campo hacerl@ sentir lo bien que
huelen las flores, por la noche señalarle lo bonitas que
son las estrellas.
Si
además, eres capaz de hacerle ver que los pequeños
tropiezos también pueden tomarse con buen humor, le
estarás haciendo un gran favor a tu hijo. Por ejemplo,
si al caerse en el parque no te abalanzas por si se ha
hecho daño sino que le levantas con una sonrisa
diciendo “es que cada vez corres más aprisa porque eres
más grande”, el niño irá aprendiendo a encajar con
deportividad los pequeños percances.
El
“sentido del humor” se inicia entre los 12 a los
18 meses, cuando el niño pasa de responder a nuestras
bromas a iniciarlas él. Esconderse detrás de una cortina
y darte un susto, correr por el pasillo para que le
sigas o poner caras raras es su forma de bromear. Los
niños son sicólogos naturales y perciben que hacerte
reír, es el mejor de los regalos.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |