Tomado de La Familia.info
Acabada la jornada laboral de cada día, los padres deben
afrontan otras tareas en el hogar como son la atención y
el cuidado de los hijos, más las tareas domésticas. Esto
contribuye a que en muchos hogares más que un ambiente
afectivo y alegre se viva un gran cansancio que origina
estrés y que también afecta a los hijos.
Aunque un cierto grado de estrés es necesario para afrontar
las pruebas de la vida, el problema viene cuando el
nivel de exigencia supera lo conveniente. No solo los
padres deben enfrentarse a diario con situaciones
estresantes. También los niños soportan presiones que no
deben ser subestimadas por los padres: los exámenes, las
notas, un tiempo libre insuficiente, excesivas
actividades programadas, las relaciones con profesores y
compañeros de colegio.
Este estrés al que se ven sometidas las familias produce
muchas veces síntomas en adultos como angustia,
jaquecas, náuseas, irritación permanente, fatiga
crónica. Y en los niños esto puede provocar
hiperactividad, déficit de atención e incluso el
"síndrome de fatiga crónica". Desde los 2 años, el
estrés en los niños puede agravar el asma o las alergias
y provocar trastornos intestinales e irritaciones en la
piel.
Factores estresantes en los niños
La escuela es uno de los principales causantes de estrés en
los niños y jóvenes. Las mayores angustias son
provocadas por las notas y aprobar el año. Se exige el
máximo rendimiento sin reparar en los efectos.
También hay factores en el hogar que afectan a los menores:
el nacimiento de un hermano, discusiones entre los
padres, la separación. La socialización también ha
llegado a ser un factor de estrés, pues cada vez hay
menos tiempo libre para relacionarse y aumenta el
aislamiento.
Otra causa de tensión es la visión del mundo que los niños
reciben de las noticias. La inseguridad general del
mundo, con guerras, crímenes y desastres naturales les
puede llevar a temer el mundo exterior y el futuro.
¿Cómo prevenir el estrés en los niños?
Hay que tener en cuenta que los pequeños son las primeras y
grandes víctimas del estrés familiar. Ya que están
indefensos ante la presión que volcamos sobre ellos,
necesitan de toda nuestra atención y ayuda. ¿Cómo
prevenir que las situaciones de estrés los afecten?
·
Ponernos en su lugar,
ver las cosas desde su perspectiva, para comprenderlos
mejor. Hay que observarlos con más atención, estar
atentos a los primeros síntomas: dolores de estómago,
jaquecas, fatiga, tics nerviosos como morderse las uñas,
tirarse el pelo, etc.
·
No
programarles excesivas actividades,
ni organizarles su vida como si fueran pequeños adultos.
Tienen un ritmo de trabajo y actividades diferentes y
necesitan más tiempo libre para jugar, correr al aire
libre, no hacer nada …
·
Compartir más tiempo con ellos,
sin transmitirles nuestras preocupaciones. Conviene
enseñarles a relajarse y a evitar las tensiones. El
humor y el juego son remedios perfectos.
·
No
reprenderlos por todo;
han aprender a superar sus limitaciones y frustraciones,
conociendo y admitiendo sus propios errores.
·
Establecer hábitos de conducta:
controlar el tiempo que pasan ante el televisor, o el
computador. Igualmente controlar su alimentación y
bebidas, evitando los productos excitantes.
·
Darles
tiempo para que sean niños,
para que desarrollen actividades infantiles: jugar con
amigos, explorar y conocer su entorno.
Evitar
la violencia en la TV
y las escenas en los medios de comunicación que puedan
impresionarlos demasiado sin aislarlos de la realidad,
pero presentándoles los hechos de acuerdo a lo que
pueden comprender a su edad.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |