El
valor del desprendimiento nos enseñará a poner el
corazón en las personas, y no en las cosas materiales.
No debemos confundir el desprendimiento con el hecho de
deshacernos de todo aquello que no utilizamos, que es
inservible o se ha convertido en un estorbo, esta
actitud manifiesta poco respeto por la persona que lo
recibe, independientemente de su condición y situación
actual. Somos tan soberbios que consideramos un insulto
recibir algo de segunda mano, ¿por qué los demás deben
soportar lo que nosotros consideramos desprecio?
Puede parecer que este valor se enfoca únicamente a
objetos, pero nuestros recursos van más allá de lo que
se puede tocar, poseemos conocimientos, cualidades y
habilidades que muchas veces nos cuesta trabajo poner a
disposición de las personas, porque requiere prescindir
de nuestro descanso, gustos, preferencias y comodidades
para llevarse a efecto.
Nos sorprendemos con el médico que atiende enfermos sin
cobrar honorarios; personas que pasan los días
trabajando en obras de caridad; profesores que trabajan
horas extras desinteresadamente; padres de familia que
se niegan gustos y diversiones personales para pensando
en su familia; lo más inaudito es que muchos de ellos no
viven en una condición del todo desahogada. El verdadero
desprendimiento no tiene medida, sin calcular cuánto es
lo indispensable para cumplir, es una entrega generosa
de todo, Sí, de todo lo que tenemos.
Para vivir el desprendimiento puedes:
Hacer una lista de las cosas que tiene y determinar
cuales realmente necesitamos y cuales son caprichos,
vanidades, etc.
o
Ayudar a una obra de caridad haciendo una aportación significativa,
de acuerdo con tus posibilidades.
o
Enseñar a otros algo que sepas hacer bien (sin olvidar de
enseñarles los “secretos” que pudieras atesorar sobre el
tema)
o
Regala o dona un bien al que sientas que te has apegado.
o
Procura decir más veces “si” cuando te pidan algo prestado sin
poner pretextos.
El valor del desprendimiento ayudará a nuestra sociedad
al convertirnos en personas más altruistas y generosas,
brindará un mejor ambiente en nuestras relaciones con
amigos y familiares y nos convertirá en personas que
tienen el corazón puesto en el lugar correcto.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |