Ps.
Fernando Alexis Jiménez
Ofreido
es ciego. Perdió la visión a los veinte años por un
disparo que impactó su rostro. Iba con un amigo, hacia
quien se dirigía el atentado. En cuestión de segundos,
sus sueños, metas y esperanzas quedaron sumidas en la
incertidumbre. Aceptar la realidad no fue fácil. Pensó
que su vida había terminado. No quería seguir viviendo.
Y si no se quitó la vida, fue por su hijo de dos años.
Hoy las
cosas son diferentes. Con el paso del tiempo comprendió
que tenía ante sí dos alternativas: la primera, vivir
cada instante prisionero de la frustración y la
amargura, y la segunda: reorientar su vida, comenzar de
nuevo, y construir un futuro a partir de las
circunstancias que enfrentaba.
Su
esposa lo abandonó. Los amigos estuvieron sólo unos
cuantos días acompañándolo. Después lo olvidaron. Nadie
le visitaba en casa. Le tocó construir su nuevo amanecer
a partir de las ruinas. Pero lo hizo. Vive con su hijo.
Trabaja vendiendo dulces en una céntrica calle de la
ciudad de Popayán, al sur de Colombia.
Comenzar de nuevo
Cuando
sentimos que nuestra existencia está en crisis, cuando
pareciera que no vale la pena seguir adelante y vemos
que todo a nuestro alrededor son escombros, es hora de
comenzar de nuevo.
¿Qué
hacer? Ante todo, hacer una evaluación objetiva de cómo
nos encontramos en el momento actual; segundo, valorar
qué nos queda y qué podemos aprovechar; tercero,
examinar cuáles fueron las fallas nos llevaron al
fracaso y, cuarto, trazar otro plan de vida, entendiendo
que cada día es un capítulo nuevo que debemos escribir.
Vivir
del pasado, de lo que pudo ser y no fue, nos
desestabiliza y ciega para las oportunidades que tenemos
delante. Considerar que todo acabó y no hay salida a la
encrucijada, trae densos nubarrones que nos impiden ver
el panorama prometedor se abre ante nosotros. Quienes
llegan lejos son aquellos que, reconocen sus errores,
asumen la decisión de cambiar y comienzan nuevamente
cuantas veces sea necesario.
El
profeta Isaías Dios escribió: "El poder del Señor no ha
disminuido como para no poder salvar, ni él se ha vuelto
tan sordo para no poder oír" (Isaías 5:1. Versión
Popular "Dios habla hoy"). El texto deja sentadas las
bases en un hecho: Dios sigue obrando milagros, abriendo
puertas que no imaginamos, y ofreciendo oportunidades de
comenzar una nueva existencia a todos aquellos que se lo
piden.
Aunque
todo a su alrededor esté lleno de sombras y dolor, no
todo está perdido. Hay muchas posibilidades. Las crisis
no duran toda la vida. ¡Comience ahora!.
Tal vez
le falta algo...
Sí...
es probable que todavía en su vida falte algo: aceptar a
Jesucristo como su único y suficiente Salvador. El le
dará las fuerzas necesarias para cambiar. Con su ayuda,
el hombre de hoy quedará en el ayer y verá nacer el
hombre renovado, con una forma de pensar y actuar
totalmente positiva, llena de fe y de esperanza.
Invitarlo a nuestro corazón es sencillo. Dígale: "Señor
Jesucristo, te acepto como mi Señor y Salvador. Entra a
mi vida y haz de mi la persona que tú quieres que yo
sea. Gracias por perdonar mis pecados y ofrecerme una
nueva oportunidad. Amén".
Puedo
asegurarle que su existencia no será la misma. Ahora le
invito para que asuma el hábito de hablar con Dios cada
día mediante la oración, leer la Biblia para entender
qué principios que la vida nos traza allí y acercarse a la
congregación de cristo más próxima a usted.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |