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www.emergencia.org.mx           Oct. 16, 2007    Boletín No. 411


 

 

 

 

Las primeras salidas por la noche. Parte II

Mª Ángeles Pérez Montero y Francisco Javier Rodríguez Laguia

Existen casos de padres que quieren ser tan amigos de sus hijos que no les dan la suficiente autonomía para dejar que se relacionen con sus iguales.

La amistad es hermosa pero los verdaderos amigos no deben ser los padres sino personas de su edad con sus mismos problemas, inquietudes e ilusiones.

El adolescente necesita la autoridad paterna y se puede armonizar con compartir con ellos valores propios de la amistad, confianza, generosidad, lealtad, etc.

En etapas anteriores a la adolescencia, los padres pueden sustituir de alguna manera a los amigos de los hijos y ocupar su tiempo libre. Sin embargo en la adolescencia esto resulta implanteable. Los puntos de contacto que quedan con los hijos serán afinidades, gustos o aficiones que hayamos sembrado de pequeños. Por ejemplo, acompañarles a algún partido que practica, salir juntos a andar o montar en bici, coleccionar cromos y colocarlos juntos en el álbum... Estas situaciones siempre se harán con “afecto desinteresado”; si le acompañamos al partido ha de ser para servirle de apoyo no para “proyectarnos” en sus jugadas. Compartir tiempo con los hijos no debe pretender entrar en su mundo de intereses propiamente adolescentes para llegar a su intimidad. A veces es más conveniente invitar al adolescente a nuestro mundo y conseguiremos además un cultivo inmejorable para llegar a su intimidad: en una mañana de natación bien aprovechada se puede conocer más al hijo que en un año de “compartir” casa.

A los 15 años las actividades deportivas tienen mucho interés para los chicos/as; plantear un partido de tenis puede tener gran éxito, pero después hay que mantener una periodicidad más o menos concreta para alcanzar esa costumbre.

Los hijos además de todo lo anterior, necesitan algo muy importante para alcanzar su autonomía e independencia: LA AUTORIDAD DE LOS PADRES. ¿Cómo conseguir que los hijos hagan caso a los padres?:

1. Con unas pocas normas muy claras.

2. Favoreciendo su participación a la hora de tomar decisiones.

En los últimos años la autoridad de los padres se ha debilitado, se encuentra en entredicho, pero buscar soluciones fuera de la familia no sirve de nada. Son los padres los que deben educar a los hijos. Cuando existe crisis de autoridad puede que falte alguna de estas condiciones:

Que exista consenso entre padre y madre.

Autoridad participativa llegando a acuerdos.

El fin a perseguir es la educación y autonomía de los hijos.

Coherencia con la conducta de los padres.

Que se apoye en valores y normas estables.

Que se traduzca en hechos.

Continuará

   Lic. Rosa Elena Ponce V. 

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