Por Gaby
Vargas
Dormir... qué delicia. Nunca apreciamos esta maravilla,
hasta que un día...¡horror! no podemos conciliar el
sueño. Nunca se me habría ocurrido relacionar las horas
de sueño con el peso, sin embargo, es definitivo. Si
duermes ocho horas diarias, pierdes peso. ¿Cómo la ves?
La mayoría manejamos un circo de cinco pistas; éste es
el estilo de vida del siglo 21, lo cual resulta en
déficit de sueño. Esto nos lleva a engordar y envejecer
más rápido. Sabemos que miles de cosas fundamentales en
nuestro organismo se reparan mientras dormimos. Sin
embargo, esto sucede sólo si nos acostamos temprano,
entre 9:00 y 10:00 p.m. Sí, ya sé, ¡nadie se acuesta a
esa hora!
Bueno, pues ésa es una de las razones por las que
tenemos mil achaques. Somos un país de desvelados. Es
asombrosa la cantidad de gente que se engancha en
internet o apaga la televisión pasada la medianoche,
para al día siguiente con trabajos salir junto con el
sol, gateando de la cama.
Uno de mis propósitos de este año es llevar una vida más
ordenada. Por lo que investigo estos temas y me doy
cuenta de la cantidad de cosas que ignoro. Por ello
comparto contigo, querido lector, querida lectora, la
información que a mí me parece relevante y básica.
De acuerdo con las estadísticas, los desvelados consumen
un 15 por ciento más de alimentos que los que duermen
ocho horas. Como al día siguiente se sienten cansados,
buscan comida 'reconfortante' alta en azúcares y
carbohidratos, léase donas, chocolates, galletas y
demás, para conseguir energía. Además, el cuerpo
resiente la fatiga, y piensa 'Crisis a la vista'.
Entonces, comienza a almacenar grasa, por si acaso se
necesita.
¡No sólo eso! Investigadores de la Universidad de
Chicago afirman que, con la falta de sueño, por lo menos
diez hormonas se desestabilizan; no sólo dejamos de
producir melatonina, el mejor antioxidante (menos
melatonina, más radicales libres, igual a envejecer más
rápido), sino que se afecta el apetito, la fertilidad,
la salud del cerebro y del corazón.
Impide también la carga de la hormona de crecimiento
necesaria para promover la creación de músculo y reducir
la grasa. Entonces, la persona se hace bofa... sí,
¡flácida! Por si fuera poco, la falta de sueño deprime
el sistema inmunológico y eleva los niveles de cortisol
(la hormona del estrés), en lugar de bajarlos como
debería. Si dormimos menos de ocho horas, al cuerpo
simplemente no le alcanza el tiempo. ¿Te has despertado
cansada y con la sensación de continuar con varios pisos
apagados?
Cuando dormimos ocho horas, nuestra energía y vitalidad
aumentan; se quita esa nube de la mente que nos impide
pensar con claridad. Los niveles de insulina bajan y,
sobre todo, ¡perdemos peso! Es importante dormir con el
cuarto totalmente oscuro. Aun la lucecita más pequeña
impide que el cortisol baje. Así que, o cómprate un
antifaz tipo diva de Hollywood, o tapa con una cinta
adhesiva la luz del teléfono, computadora o despertador.
Al respecto, fueron increíbles los resultados de un
estudio en el que pusieron a personas a dormir en un
cuarto totalmente oscuro, con excepción de una miniluz
que se les colocó debajo de las rodillas: el cortisol no
bajó.
Para
dormir bien, es fundamental el nivel en que se
encuentren tus hormonas. Revisa cómo están, en especial
si eres mujer. Con frecuencia, un desajuste en ellas o
mucho estrés son la causa de no poder tener un sueño de
calidad. Te invito a que también te propongas ordenar tu
vida y trates de apagar la luz, máximo a las 10:00 p.m.
Todo tu cuerpo te lo va a agradecer, porque dormir
además de sano... es una delicia.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |