Alejandro Cortés González-Báez
Ayer me
platicaba un joven amigo la impresión que tiene sobre un
conocido suyo sumamente rico, no por sus méritos, sino
por herencia. En verdad, tal imagen es muy poco
positiva. Es uno de esos casos a los que se les podría
aplicar con justicia el apodo de “el puente roto”, pues
nadie los pasa. Que clara resulta, en algunos casos, la
máxima de que hay ricos tan pobres, que lo único que
tienen es dinero.
Entre
otras cosas, me comentó que aquel sujeto no sabe poner
atención a lo que le platica la gente que tiene menos
dinero que él, sin importar el tema. Pero en fin, ojalá
algún día aprenda lo que sus padres no supieron
enseñarle.
La
explicación de este fenómeno quizás podamos encontrarla
en lo que nos refiere aquel refrán popular: “El amor es
ciego”. Esta terquedad se produce, también, cuando lo
que se ama es el dinero. Yo soy importante porque tengo
dinero y quienes carecen de él no son importantes, es
decir, no importan…, no me importan; por eso no estoy
obligado a ponerles atención. ¿Triste cosa, verdad?
En
contrapartida, hace meses un matrimonio, que tiene un
hijo con síndrome de Down, me hizo llegar una copia de
una carta que un compañero de clases le escribió a su
pequeño. Por respeto a quien redactó, me pareció
conveniente respetar su texto -con todo y sus faltas de
ortografía- pues a quien escribe como él se le perdona
todo.
para Carlitos fecha 7-3-007
Saludo Hola Carlitos.
A mí no me interesa como eres yo te quiero como amigo porque eres algien
valioso como todos nosotros. Al tener gente como tú
cerca me ace valorar las cosas cencillas de la vida
porque la gente como tú es feliz cada momento por que
expresas tus sentimientos. Te mereses todo mi respeto
por que a parte de todo pones por tu parte por aprender.
La discapacidad real está en la gente que humilla y no
valora a gente como tú que tú respetas A los que te
respetan.
Firma Hiram
PD:
Hiram está en 2° de Primaria , edad 8 años
Claro
está que en todas partes podemos encontrar gente
acaudalada que ha aprendido a reconocer el valor del
dinero, y de las personas; de lo material y lo
espiritual; de los éxitos y los fracasos; de la cultura
académica y la cultura popular. Personas trabajadoras
que supieron ganar dinero y usarlo para crear fuentes de
empleo, pues tienen bien claro que lo que poseen ha de
estar al servicio del destino universal de los bienes.
No cabe duda que esos son los ricos que hacen falta.
www.padrealejandro.com
Lic. Rosa Elena Ponce V. |