Entrevista
con José María Contreras
Tomado de la revista
Arbil
José
María Contreras es biólogo Español,
aunque ha dedicado su vida a las relaciones humanas,
especialmente en el campo de la formación de directivos.
En la actualidad es Director de Formación y Desarrollo
en una multinacional farmacéutica. Está casado y tiene
tres hijos. Ha impartido cientos de conferencias sobre
el hombre y sus relaciones con los demás, tanto dentro
como fuera de España y es autor de varios libros.
¿Se
piensa poco?
En muchos
casos se evita pensar. Al hombre le cuesta enfrentarse a
sí mismo. Ponerse delante de un espejo y "Decirse las verdades". Pero lo necesita
para ser más feliz.
Existen
dificultades ¿verdad?
Es cierto.
Hay dificultades objetivas. Pero para aquello que a uno
de verdad le interesa siempre encuentra tiempo. Se evita
mucho el pensar en los hijos porque los pensamientos que
surgen suelen ser exigentes.
Y
la prisa…
También.
Pero algunas veces parece que nos guste que haya prisa.
Evita otros compromisos. Por eso a la prisa se le ha
dado un sentido positivo. No hace mucho, de una persona
con mucha prisa se decía que era un atolondrado; ahora
es una persona muy importante.
¿Que
respondería a la pregunta de qué es lo primero que se
necesita para educar a los hijos?
Coherencia.
Hay que procurar vivir lo que uno dice. Si no la
educación no vale para nada. Porque los hijos perciben
inmediatamente que uno dice cosas en las que no cree
porque si las creyera, las viviría.
¿Por
qué parece que es más difícil educar hoy?
Podría haber
muchas razones pero me gustaría centrarme en una.
Estamos haciendo una sociedad en la que cada esfuerzo lo
hacemos con vistas a un beneficio inmediato. En la
educación no hay recompensa a corto plazo.
La
sociedad tampoco es que ayude…
Es verdad,
por eso hay que poner más exigencia personal: El
ambiente exterior se contrarresta con presión interior;
con exigencia personal.
Pero
los padres no somos dioses…
Claro que
no. Lo que educa no es vivir una serie de valores, sino
el luchar por vivir esos valores; en eso es en lo que se
fijan nuestros hijos. Nuestra intencionalidad. Ellos
también saben que no somos dioses.
Es
que los hijos lo ven todo.
Y nosotros
tenemos que demostrarles con nuestra vida. El lenguaje
de los hechos es el que más comunica. Que sepan
claramente cuales son nuestras prioridades. Ellos tienen
que saber las cosas por las que no pasaríamos nunca y
por qué.
Muchos
padres entienden por educar el dar estudios.
Es verdad.
Educar no es dar una beca. Uno pone dinero y el niño
estudia, pero si educar fuera sólo enseñar a los hijos a
ganarse la vida, habría hijos que no haría falta
educarlos ¡se la van a ganar mejor que nosotros!. Educar
es algo más que dar conocimientos.
Continuará
Lic.
Rosa Elena Ponce V. |