Abel Cortese, especialista en Inteligencia Emocional
¿Qué
puede usted hacer cuando se siente lo suficientemente
atraído hacia una persona como para casarse con ella y
que posee una característica que, de pronto, no puede
tolerar?
¿Cómo puede enfrentarse con su ambivalencia inconsciente
sobre ésta característica y evitar encontrarse en una
posición rígida sobre cómo "deben" ser las cosas y cómo
"debe" cambiar su compañero?
1. El
primer paso es admitir la posibilidad de que, en
lo profundo de su personalidad, existe una parte oculta
que desea ser como lo que usted está condenando. Si no
puede soportar el desorden de su compañero/a, considere
la posibilidad de que, reprimido en su interior, late el
deseo de ser totalmente desordenado como un chiquillo
irresponsable.
"Pero
yo no deseo ser desordenado- puede
protestar enfurecidamente-. Yo quiero que mi esposa sea
ordenada. No puedo soportar su desorden".
Si
tener una esposa ordenada es algo tan importante para
usted, ¿por qué se casó con una mujer así? ¿No es
interesante que, en cambio, haya escogido usted a su
esposa?
2.
Algunas veces simplemente comprendiendo lo que está
pasando, las personas pueden sentir menos temor y no
situarse a la defensiva. Por lo general, ayuda hablar
sobre la ambivalencia que usted siente. "Yo nunca me
convertiría en una persona detestable, pero me considero
capaz de imaginar que algo dentro de mí sostiene que
podría ser divertido..." A medida que comience a
reconocer y aceptar esa parte oculta de su personalidad
y esté razonablemente seguro de que no se le escapará de
las manos, se sentirá cada vez menos amenazado desde el
interior.
3. Tal
vez puede pensar en pequeñas pruebas tolerables
para establecer contacto con la característica que usted
ha estado negando. Marido y mujer pueden ponerse de
acuerdo para intentar un pequeño cambio, sin
comprometerse a largo plazo ni de forma definitiva. Tal
vez usted llegará a descubrir algunos episodios o
relaciones de su pasado, que le hicieron sentirse
desgraciado en esa parte de su personalidad, por la cual
la ha suprimido. Al compartir estos pensamientos con su
compañero tal vez se incrementarán la identificación y
comprensión entre los dos.
En
casos en que las personas no quieran dar ninguno
de los pasos descritos, lo que ocurre es, tal vez, que
se sienten demasiado vulnerables e incapaces de asumir
el riesgo. Posiblemente, deberán averiguar los motivos
que originaron sus ansiedades antes de poder dar una
respuesta diferente a las que formaron durante los años
de infancia.
4.
Finalmente, al analizar sus deseos de intentar modificar
a su compañero, asegúrese de que no se encuentra usted
involucrado en una lucha de poder. Tenga siempre en
cuenta que, casi cualquier desacuerdo, puede simbolizar
una lucha por el control dentro de la relación
matrimonial. Por ejemplo, la pregunta de quién será el
encargado de controlar los cordones de la bolsa de la
TV, a menudo representa una lucha de poder sobre quién
será el que tendrá el control del matrimonio. Dado que
la necesidad de tener el control no es algo que
reconozcamos fácilmente, una pareja pueden llegar a
pelearse una y otra vez sobre si deben gastar o ahorrar
(o sobre cualquier otro problema) sin discutir jamás el
problema real de por qué cada uno de ellos necesita
salirse con la suya.
Si
usted es capaz de reconocer su necesidad de control,
puede preguntarse, por qué es tan importante para usted
en este momento y sobre lo que hubiera podido significar
para usted en el pasado encontrarse que estaba fuera
de control. Al compartir sus temores y miedos de que
otra persona asuma el rol de una situación, tal vez
puedan ustedes estar en condiciones de tranquilizarse y
apoyarse mutuamente y sentirse más receptivos hacia la
idea de hacer algunas concesiones, aceptar otras y
compartir el poder.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |