Por: Ana Muñoz, psicóloga, directora de Cepvi.com
Muchas parejas se lamentan de que la pasión y el amor
intenso que había entre ellos al principio se ha ido
desvaneciendo hasta quedar convertido en una sombra de
lo que fue o ha degenerado hasta transformarse en un
continuo enfrentamiento plagado de rencores,
distanciamiento y luchas de poder. Sin embargo, aún
pueden quedar rescoldos de lo que fue y en muchos casos
el amor sigue todavía vivo y deseando poder expresarse
plenamente de nuevo. En estos casos hay cosas que puedes
hacer para mejorar tu relación, como las que exponemos a
continuación.
Acepta a tu pareja tal y como es, con sus defectos y
virtudes.
Es posible que tu pareja tenga costumbres o
comportamientos que no te gustan y tienes todo el
derecho a pedirle que cambie, pero si te empeñas en que
debe cambiar a toda costa, en que es inadmisible ese
comportamiento, lo más probable es que sólo consigas
enfadarte. Muy pocas personas van a cambiar si alguien
les exige que debe hacerlo, les reprocha, les regaña,
les insulta, etc. Lo más probable es que en vez de
cambiar se enfaden y sigan en sus trece. Tendrás más
probabilidades de éxito si primero aceptas que tu pareja
es como es y estableces una diferencia entre sus
comportamientos y la persona. Es decir, puedes aceptar a
tu pareja aunque no aceptes algunos de sus
comportamientos. Después tendrás más éxito en el
siguiente punto: la influencia.
Deja que tu pareja ejerza una influencia sobre ti, al
igual que tú deseas influir en tu pareja.
Ten en cuenta que influencia no es lo mismo que control
o dominancia. La influencia es algo que eliges
voluntariamente cuando aceptas una sugerencia de otra
persona o cuando haces un cambio en tu comportamiento
tras una petición. Por ejemplo, si alguien te pide un
favor y se lo concedes, has dejado que esa persona
ejerza una influencia sobre ti porque así lo has
querido. Si confundes esto con la dominación o el
control vas a tener problemas en tus relaciones, pues
puedes acabar llevando la contraria a tu pareja en todo
momento o veros envueltos en luchas de poder para ver
quién domina a quien. Por supuesto, cuando tu pareja te
pida que hagas (o cambies) algo, tienes derecho a
negarte si consideras que es una petición poco razonable
o atenta contra tu integridad o libertad personal, pero
si no es así y si entiendes que su postura es lógica y
razonable pero te estás negando por principio o por
egoísmo, estarás poniendo en peligro tu relación.
Autonomía.
No establezcas relaciones de dependencia de tu pareja
hacia ti. Pregunta a tu pareja cuáles son sus metas y
sus deseos, las cosas que son importantes para ella o
él, tanto en vuestra relación como en la vida en general
y dale tu apoyo y tus ánimos en su intento de lograrlo.
Reconoce que tiene su propia vida, y sus propios sueños,
aparte de los sueños que ambos compartáis. No
establezcas relaciones basadas en el egoísmo.
No establezcas relaciones basadas en el miedo al
abandono.
Si piensas que amas tanto a tu pareja que te morirías si
te dejase y sientes celos a menudo o ansiedad ante la
posibilidad de un abandono, recuerda que eso no es amor,
sino dependencia. Empieza a pensar que sí podrías
soportar un abandono, que puedes vivir sin esa persona y
sin pareja, como hace tanta gente tras las rupturas, y
que podrías encontrar a alguien de quien volver a
enamorarte. Si pierdes ese miedo tendrás más
posibilidades de que vuestra relación funcione y serás
más feliz, mientras que si vives la relación con
ansiedad, celos y posesividad, estarás comprando todas
las papeletas para que eso que más temes ocurra de
verdad. Deja libre a tu pareja.
Expresa aprecio y cariño.
Hazle cumplidos, dile lo que te gusta de él o ella, dile
que te ha parecido interesante algo que ha dicho, sé
detallista, etc. Incluso si hace algo que te desagrada,
trata de buscar un aspecto de esa conducta que sí te
gusta. Por ejemplo, si grita demasiado a tus hijos,
puedes decirle que aprecias su interés y su esfuerzo por
educar a los niños, y luego dile lo que te molesta de
esa conducta y sugiérele otras alternativas.
Continuara
Lic. Rosa Elena Ponce V. |