¿Qué tan a menudo permites que las cosas absurdas de
otras personas te cambien el humor?
Por David J. Pollay
¿Permites que los pésimos conductores, los meseros
irrespetuosos, el brusco de tu jefe o algún empleado
insensible te arruinen el día?
A
menos que seas el Terminator, por un instante estás algo
molesto. Sin embargo, lo que distingue a una persona
exitosa es lo rápido que puede enfocarse de nuevo en lo
que realmente es importante. Hace 16 años que aprendí
esta lección. La aprendí en el asiento trasero de un
taxi en Nueva York:
Me
subí a un taxi rumbo a la Estación Central del
Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha,
por poco nos estrellamos con un carro que así de repente
y de la nada salió como bólido de donde estaba
estacionado.
El
conductor del taxi frenó con todas sus fuerzas, el coche
derrapó y por unos pocos centímetros evitó chocar con el
otro carro que quedó frente a nosotros. Después de esto,
el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el
accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó
a gritarnos una cantidad horrible de insultos y
majaderías.
El
taxista solo sonrió y le saludó amablemente. Yo estaba
furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y
le pregunté, "¿Por que hizo eso?" Ese cuate por poco
destruye su auto y nos manda al hospital. Entonces, el
taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo
“La Ley del Camión de Basura”.
-
Mire, me dijo: ¿Ve aquel camión de basura?
-
Sí, le dije ¿y eso qué tiene que ver?
Pues, así como esos camiones de basura, existen muchas
personas que van por la vida llenos de basura,
frustración, rabia, y decepción. Tan pronto como la
basura se les va acumulando, necesitan encontrar un
lugar dónde vaciarla, y si usted los deja seguramente le
vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus
decepciones.
Por
eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me
lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo, les
deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo
Usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo
garantizo.
A
partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo
permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me
pregunté a mí mismo qué tan a menudo recojo esa basura y
la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la
calle. Así que me prometí que ya jamás lo iba a
permitir.
Comencé a ver camiones de basura y así como el niño de
la película “El Sexto Sentido” decía que veía a los
muertos, bueno, ahora así yo veo a los Camiones de
Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren
echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y
sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó,
no me lo tomo a personal, tan sólo sonrío, saludo, les
deseo lo mejor y sigo adelante.
Los
buenos líderes saben que tienen que estar listos para su
próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que
recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y
los padres saben que tienen que estar física y
mentalmente presentes y en su mejor estado para la gente
que realmente es importante para ellos.
En
resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de
Basura absorban su día. ¿Y tú? ¿Qué pasará en tu vida?
¿Optas porque los camiones de basura sólo te pasen de
lado?
Lic. Rosa Elena Ponce V. |