Por: Mª Ángeles Pérez
Montero y
Francisco Javier Rodríguez Laguia
Sintomatología
La sintomatología general de la enfermedad consiste en:
·
Episodios recurrentes de ingesta voraz (consumo rápido
de gran cantidad de alimentos en un período corto de
tiempo)
·
Sensación de pérdida de control sobre lo que se come (no
poder parar de comer ni controlar qué se come)
·
Conducta compensatoria para no ganar peso (vómitos, uso
de laxantes y de diuréticos, practicar dietas estrictas
o ayunos o realizar mucho ejercicio)
·
La
alternancia de atracones y conductas compensatorias se
produce, como promedio, al menos dos veces a la semana y
durante tres meses como mínimo.
·
Preocupación desmesurada por la figura y el peso.
·
Los
atracones se realizan a escondidas por vergüenza ante
los demás.
Consecuencias
de la bulimia nerviosa
La
observación de que en la alternancia cíclica de fases de
dieta y ayuno disminuye el metabolismo basal, tiene una
especial importancia para el comportamiento de la
persona bulímica. Cuanto más se cronifica la situación
más difícil les resulta a las pacientes perder peso en
las fases de dieta; sin embargo, después de los
atracones, se constata un rápido aumento de peso. Esto
se debe a que, mientras se mantiene la limitación de
alimentos, el metabolismo basal se ajusta con rapidez a
los niveles calóricos bajos, ("quema menos"),
manteniéndose bajo cuando se recuperan los hábitos
alimentarios normales.
A causa
del abuso de laxantes y diuréticos se pueden producir
trastornos electrolíticos y edemas.
Los
vómitos autoinducidos pueden provocar ampollas,
desgarros y hemorragias en la garganta y el esófago. Los
dientes acaban erosionándose y se desgasta su esmalte.
Los
vómitos provocan en las manos erosiones llamadas "signos
de Russell" que parecen quemaduras.
Al
vomitar, los niveles de sodio y potasio disminuyen y se
produce, entonces, debilidad muscular, hormigueo y
entumecimiento de los dedos de manos y pies, confusión y
falta de concentración, latidos cardíacos irregulares,
hipotensión y lesiones renales.
Hay
otras consecuencias también graves que afectan al
carácter y al comportamiento. La paciente se siente
culpable y con mucha ansiedad, siente vergüenza y acaba
odiándose a sí misma. Las relaciones con la familia
empeoran y la paciente está cada vez más irritable y
manifiesta mayor agresividad, situación que se hace
extensiva a los amigos y a las relaciones en el trabajo.
Continuará
Lic. Rosa Elena Ponce V. |