Tomado de Somos
Padres
Cuántas
cosas han cambiado en la educación de los niños en los
últimos años. Afortunadamente. Sobre los dos o tres
años, lo que antes se denominaba “un niño llorón”, es
decir, un niño que sin causa especialmente justificada
lloraba con mucha facilidad, hoy se sabe que
probablemente es un niño demasiado sensible o
hipersensible.
Esto no
quita para que haya niños que lo hagan no por exceso de
sensibilidad, sino porque quizá no les han enseñado o
todavía no han aprendido a canalizar bien sus
frustraciones. De cualquier forma, te damos unas pistas
para que descubras si tu hijo es hipersensible, ya que
de serlo, tú puedes ayudarle a superarlo. Son niños que:
-
Lloran si
alguien grita repentinamente a su lado aunque no se esté
dirigiendo a ellos.
-
Se
impresionan fácilmente.
-
No se adapta
a cambios de vivienda, ya sea en vacaciones o en casa de
alguien un fin de semana.
-
Sufre ante
cualquier cambio en la rutina diaria.
-
Cuando lo
regañas o corriges en algo, se entristece
exageradamente, se tapa la cara o baja la cabeza.
Si tu
pequeño cumple varios de estos puntos lo más probable es
que tengas un hijo hipersensible. Como antes hemos
dicho, tú puedes ayudarle a superar esos sentimientos
que le abruman y le hacen sentirse inseguro y triste
cuando llega algún contratiempo.
Son varias
las pautas que recomiendan los especialistas y todas
tienen un nexo común: debes tener mucha paciencia y
demostrarle tu cariño constantemente.
Controla tu
tono de voz, por muy
enfada que estés. Cuando debas regañarlo, acércate a él,
míralo a los ojos desde su altura, tócalo suavemente y
dile “eso no se hace” de forma firme pero con un tono
normal. Aunque parezca mentira, probablemente esta forma
de proceder hará entrar en razón a muchos niños,
sensibles o no, antes que el grito por parte de los
padres.
Repítele las
prohibiciones una y otra
vez, siempre con tono controlado, aunque intentando
cambiar la modulación, e intentando repetir las mismas
frases. Su memoria todavía no retiene muchas cosas y le
es imposible acordarse.
Cuando rompa
a llorar ante un regaño, a pesar de que te estés
controlando, déjalo que se desahogue. Necesita
exteriorizar su frustración. Poco a poco y con tu
perseverancia, irán espaciándose estas reacciones.
No cedas por
mucho que llore. Aunque lo
comience a hacer por exceso de sensibilidad, si un día
descubre que gracias a sus lágrimas consigue lo que
quiere, lo hará siempre y por todo, le afecte o no en su
interior. Mientras llora, intenta quedarte con él y dale
tu cariño, pero sin ceder a sus pretensiones. Esto hará
que diferencie que no le rechazas a él, sino a su
acción. Lo que a su vez hará que aumente su
autoconfianza, que es lo que necesita un niño
hipersensible para superar su angustia.
No le
ahorres frustraciones típicas de
su edad. Es normal que los niños tengan que soportar
cuarenta indicaciones al día de lo que tienen que hacer
o no: no te asomes a la escalera, no cojas el vaso,
cuidado con la moto, no corras, no pintes la pared, y un
largo etcétera. Y aunque al niño hipersensible le hacen
sentirse peor que a uno que no lo es, no por ello se le
deben dejar de decir, primero porque es parte de su
educación social y emocional y segundo porque a superar
las frustraciones se aprende con
frustraciones.
Para
terminar, también existen unas pautas para ayudar a que
los niños hipersensibles no vivan su exceso y cúmulo de
sentimientos de forma angustiosa. Estas son:
-
Llevar un
horario regular y sin grandes cambios ni sobresaltos.
-
Dormir lo
necesario para su edad.
-
Hacer algo
de ejercicio físico diario.
-
Intentar que
no coma alimentos excitantes, tipo el refresco de cola o
el chocolate y que en cambio tome mucha verdura y fruta.
Si después
de leer esto crees que tu hijo es uno de estos niños, no
te preocupes. Ponte manos a la obra y verás como poco a
poco va superándolo.
Lic.
Rosa Elena Ponce V. |