¿Tengo que preocuparme?
Puy Arregui tomado de
Son tus hijos
AUTOAFIRMACIÓN
Como
sosteníamos en el apartado anterior, la autoafirmación
es una consecuencia de que el niño comienza a controlar
el entorno y cada una de las destrezas propias de su
edad. Como ya conoce y supera las situaciones cotidianas
quiere actuar por sí mismo. Esta autonomía le reporta
deleite, consecuencia directa de superar una situación o
etapa de aprendizaje.
En este
periodo de autoafirmación de la personalidad es
fundamental que los padres delimiten claramente las
conductas inadecuadas y que feliciten las oportunas.
El niño
experimenta en su interior una imperiosa necesidad de
normas. Necesita que le tracemos un camino y le
acotemos, a través de señales inequívocas, los lindes.
Este mapa es lo que hará que el niño se sienta seguro y
feliz.
La
argumentación, siempre positiva, que se puede trasmitir
a un niño para convencerle de que haga el bien podría
ser: “Yo te quiero y por eso deseo que seas mejor. Si
eres bueno te sentirás contento y yo deseo que seas
bueno para que seas feliz”.
AUTOACEPTACIÓN
En el
entorno familiar- padres, hermanos, abuelos, tíos,
primos y amigos- descubrimos las primeras etapas de
nuestra excursión por la vida, que determinarán nuestros
sucesivos descubrimientos del entorno y lo que es más
importante nuestro propio yo. Este “yo” es un reflejo
del exterior. Ser "yo" es ser visto y oído, dejarse ver
y oír. Son los otros, antes que nada mis padres, los que
me dan el ser y me ayudan participar en mi
identificación, en llegarme a conocer.
En un
ambiente sano y familiar el niño se descubre a sí mismo
y comienza a aceptarse y a reconocerse como tal. Este
ámbito es el propicio para aprender de una manera
natural que lo menudo se reviste de trascendencia. Y la
principal razón por la que ocurre esto es porque
nuestros padres, con una educación llena de cariño, son
nuestra referencia universal. A través de ellos miramos,
vemos y entendemos el mundo. La familia es nuestro punto
de encuentro -“el meeting point”- un espacio acogedor
donde nos entienden y nos quieren como somos.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |