Tomado de hacer
comunidad y del Meneghello Tratado
Con estas excepciones
(niño inseguro-sobreprotegido y niño
infeliz-maltratado), no hay motivo para temer unos celos
desmedidos. Unos padres alarmados por una visión
catastrofista y que se pasan todo el embarazo
"mentalizando" al hijo para que acepte la novedad,
insistiendo una y otra vez en que "no va a pasar nada" y
que a él "le van a seguir queriendo igual", acaban por
hacerle creer lo contrario, pues demasiada advertencia y
preparación no suelen anunciar nada bueno. La llegada de
un hermano debe anunciarse como un regalo, pues de eso
se trata, y es obvio que son los padres quienes deben
informarle de la buena nueva, con alegría y naturalidad,
y sin más preparación que la que se toma para
sorprenderle con la compra de un juguete. Pueden hacerlo
cuando y como quieran, pero lo natural es no demorarlo
hasta el punto de que sea el propio niño quien descubra
el estado de la madre, y tampoco es preciso insistirle
repetidamente en lo mucho que se le va a seguir
queriendo.
En general, no hay que
dar a los hijos más explicaciones de las que pidan, pero
tampoco menos, y esto es también aplicable al asunto de
los celos. Si el niño parece interesado en saber cosas
acerca de los recién nacidos, se le pueden enseñar sus
propias fotos de los primeros meses o visitar el bebé de
algún familiar o amigo. También es posible que quiera
acompañar a la madre al médico para oír el latido de su
hermano y verle en el ecógrafo. Hay que satisfacer su
curiosidad, pero una cosa es responder a sus inquietudes
y otra aleccionar e instruir prolijamente a quien no lo
pide. Se trata sólo de calmar su ansiedad y lo que más
le tranquilizará es saber que sus mayores parecen tener
respuesta para lo que a él le preocupa.
Sí convendrá advertirle
de los cambios que le vayan a afectar de forma concreta,
de que tampoco espere maravillas de un hermano que al
principio se va a pasar el día durmiendo y de que es
probable que algún día tenga malos sentimientos hacia el
"intruso". Hacerle saber que tener unos celillos es
normal le relajará, evitando contraproducentes
sentimientos de culpa. Bromear un poco acerca de los
inconvenientes - y hacerle comprender las ventajas - de
tener un hermano y de ser el mayor, pedir su
colaboración y comprender sus naturales temores, le
ayudará a que resulten (casi) injustificados.
Finalmente, teniendo en
cuenta lo absorbente que es el cuidado de un bebé, puede
ser útil tener preparados algunos juegos que sólo se le
darán para que se entretenga cuando el bebé requiera
toda la atención de su madre (alimentación, baño...).
Conviene planificar el tiempo para poder dedicarle algún
rato en exclusiva, aunque no sea a diario, y no por
evitar los celos, sino porque realmente lo necesita.
CONSEJOS PARA PREVENIR
LOS CELOS DEL HERMANO
-
Fomentar
su independencia.
-
Emplear
más premios y estímulos que castigos y amenazas.
-
Anunciarle la llegada del hermanito como un regalo.
-
Explicarle los cambios que se van a producir.
-
Advertirle de que sentir celos es normal.
-
Organizar
su cuidado para los días de estancia en la maternidad.
-
Prepararse para poder dedicarle algún rato en exclusiva.
Repartirse con
el papá los roles.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |