Por Abel Cortese
Cuando
hablamos de disciplina productiva nos referimos al hecho
de que los padres necesitamos contar con formas bien
pensadas, previsibles y apropiadas, según la edad, de
responder a la mala conducta de nuestros hijos.
La disciplina efectiva se reduce a unos pocos principios
y estrategias:
1. Establezca reglas y límites claros y aténgase a
ellos. Si puede, escríbalos y fíjelos sobre la pared.
2. Déle a su hijo advertencias y señales cuando
comienza a comportarse mal. Es la mejor manera de
enseñarle autocontrol.
3. Defina el comportamiento positivo reforzando la
buena conducta con elogios y afecto e ignorando la
conducta que sólo apunta a llamar la atención.
4. Eduque a su hijo conforme a sus expectativas. En
general, los padres no empleamos el tiempo suficiente
para hablar con nuestros hijos acerca de los valores o
las normas, y por qué estos son importantes.
5. Prevenga los problemas antes de que se produzcan.
Según la psicología de la conducta, la mayoría de los
problemas se producen como resultado de un estímulo o
una señal específica. La comprensión y eliminación de
dichas señales lo ayudarán a evitar situaciones que dan
lugar a una mala conducta.
6. Cuando se viola una norma o un límite claramente
establecido, en forma intencional o de otro modo,
aplique de inmediato una consecuencia adecuada. Sea
coherente y haga exactamente lo que dijo que haría.
7. Cuando una consecuencia o penitencia es necesaria,
asegúrese de que guarde relación con la infracción, a la
regla o la mala conducta.
Continuará
Lic. Rosa Elena Ponce V. |