Trinidad Aparicio Pérez
Otras veces, ellos no son capaces de expresar con
claridad su incomodidad por esta situación, pero suele
haber cambios en su conducta, como enfadarse cuando ella
llega tarde del trabajo, estar más exigente con las
labores de la casa, pensar que sus hijos ahora están más
desatendidos, etc. se sienten más irritados y pueden
sentir envidia o sencillamente incómodos, pues todavía
existe una tradición que les cuesta superar.
Sucede también que algunos hombres no saben cómo
reaccionar, se sienten perplejos y desubicados,
acostumbrados a una cultura patriarcal aún no se han
enterado que las mujeres ya no quieren depender de
ellos, quieren vivir su propia vida y luchan por sus
objetivos.
Otras veces, son las mujeres quienes se siente mal por
este motivo, dejándose llevar por el malestar que siente
su pareja o sintiéndose influidas por lo poco común de
su situación. A veces, son ellas quienes prefieren que
la situación fuese la contraria.
Cuando una mujer tiene bien su autoestima, se sentirá
satisfecha de ganar más que su pareja, no le dará
excesiva importancia y podrá ir convenciendo a su pareja
para que vaya asimilando y comprendiendo la situación.
Si se trata de mujeres sumisas o inseguras,
probablemente terminen por renunciar a su trabajo. La
mujer no puede sentirse mal por este motivo.
3. ¿Afecta esto
a la pareja?
Algunos hombres, lejos de entenderlo como un beneficio
para la familia, se sienten humillados y menoscabados en
su mal entendido papel de cabeza de familia, llegando a
afectar negativamente a su relación de pareja y
generando diversos conflictos familiares.
Otras parejas lo viven con gran entusiasmo, porque
supone una mejora económica y un reconocimiento de la
valía profesional de la mujer. Pero, ¿qué sucede cuando
una mejora salarial implica un ascenso que conlleva un
cambio de ciudad?, ¿está el hombre dispuesto a dejar su
trabajo o pedir un cambio de ciudad?
Ante estas circunstancias la mayoría de los hombres que
se alegran del ascenso laboral de su mujer, no están
dispuestos a aceptar el cambio que ello supone en su
mundo profesional. Pueden aceptar de buen grado que su
mujer tenga mejor situación profesional y un salario
superior al suyo, pero no que su vida laboral quede
afectada por ello.
Sin embargo, si el caso es el contrario y es el hombre
quien recibe un ascenso y una importante mejora
profesional, el cambio de ciudad y de trabajo en la
mujer, incluso en algunos casos el abandono de éste, se
ven como una circunstancia de lo más normal.
Si es necesario, el hombre debería sacrificar o
renunciar a su trabajo por el de ella, sobre todo cuando
la diferencia salarial es sustancial o cuando supone una
buena proyección profesional para su pareja. De lo
contrario, estaría viviendo su relación de pareja de
forma egoísta y poco comprometida, produciendo un
menoscabo en su relación o incluso la ruptura.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |