Cuando
el diálogo desaparece en el matrimonio, muere el amor y
da cabida al
resentimiento. Sin embargo, restablecer el diálogo puede
devolver la vida a una relación muerta. De hecho este es
el milagro del diálogo.
El primer paso del diálogo entre dos personas es el
hablarse (y, a veces, escribirse). Es importante decir
las cosas, especialmente
las cosas bonitas: “yo te quiero mucho”, “te quiero cada
día más”. Es importante también decir las cosas que no
nos gustan: “esa decisión tuya no me gustó porque fue
precipitada”. En las cosas negativas debemos tratar de
ser correctos y oportunos.
En pareja, el diálogo es una herramienta básica. Por
ello todo esfuerzo de aprendizaje en este campo,
especialmente durante los primeros años de convivencia,
será muy enriquecedor porque crea el hábito y va dando
ocasión de superar dificultades que surgen del temor, de
la vergüenza, de la desconfianza, etc…
Es verdad que no se puede estar todo el tiempo hablando
de cosas íntimas y profundas, pero tampoco se debe pasar
la vida en la superficialidad. Lo importante también es
que la pareja asegure su comunión íntima y los dos
sabrán si están tocando fondo o
no.
Reglas para no ignorar
La primera regla es buscar "tiempos fuera" para
dialogar. Dedique al menos una tarde cada mes.
Normalmente las
parejas logran organizarse para ir a otro tipo de
reuniones ¿Por qué no pueden hacerlo para alimentar su
propio amor con el diálogo y la comunicación serena?
El siguiente paso es exponer en común los miedos y las
dificultades personales para la comunicación que cada
uno ha identificado en una reflexión personal, tratando
de responder a estas preguntas:
¿Qué miedos o dificultades hemos identificado?
Analizarlos conjuntamente y añadir otros que puedan
surgir de la experiencia de la pareja.
¿Cómo afectan estas dificultades a la comunicación de la
pareja?
Continuará
Lic. Rosa Elena Ponce V. |