Tomado de kidshealth.org
Si has perdido a un ser querido, es posible que estés
sintiendo distintas emociones. Es probable que estés
triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés
preparado, estés impresionado o confundido. Puedes
sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto
o simplemente vacío. Tus emociones pueden ser más
intensas o más profundas que lo habitual, o estar
entremezcladas de una manera que nunca habías
experimentado.
También habrás notado que tu pérdida está afectando tus
pensamientos y tu comportamiento. Si estás afligido, es
posible que te cueste concentrarte, dormir, comer o
sentir interés por las cosas que solías disfrutar.
Quizás intentes actuar como si estuvieras bien (aun
cuando no lo estés), porque deseas ser fuerte frente a
otra persona. Y es posible que te preguntes si alguna
vez superarás la pérdida de alguien que significa tanto
para ti.
Todas estas emociones son reacciones naturales frente a
la muerte de un ser querido. Son parte del proceso de
duelo.
¿Qué es el duelo?
El duelo es la aflicción que siente la gente cuando
sufre la pérdida de un ser querido. Existen muchos tipos
de pérdidas y no todas se relacionan con la muerte. Una
persona también puede hacer duelo tras la ruptura de una
relación íntima o después de que uno de los padres se va
del hogar.
El duelo es una reacción natural frente a la pérdida de
alguien importante. El duelo también es el nombre del
proceso de recuperación que una persona atraviesa
después de la muerte de un ser querido. El proceso de
duelo lleva tiempo y el alivio suele aparecer en forma
gradual.
Si bien todos experimentamos dolor cuando perdemos a una
persona, el duelo afecta a las personas de distintas
maneras. La manera en que te afecte depende, en parte,
de tu situación y de tu relación con la persona que
falleció.
Las circunstancias en las que muere una persona pueden
influir en los sentimientos del duelo. Por ejemplo, si
una persona estuvo enferma mucho tiempo o era muy vieja,
es probable que esperaras su muerte. Aunque no
necesariamente esto haga que sea más fácil aceptarlo (y
el sentimiento de duelo estará presente de todos modos),
algunas personas descubren que saber que alguien va a
morir les da tiempo para prepararse. Y si un ser querido
sufre mucho antes de morir, las personas pueden incluso
tener una sensación de alivio cuando llega la muerte. Si
la persona que falleció era muy joven, por el contrario,
es posible que tengas una sensación de que es
terriblemente injusto.
Pero perder a alguien repentinamente puede ser muy
traumático, sin importar la edad de la persona. Tal vez
alguien a quien conoces murió inesperadamente; como
resultado de un acto de violencia o de un accidente de
automóvil, por ejemplo. Puede llevar mucho tiempo
superar una pérdida repentina, porque quizá sientas que
el acontecimiento y los intensos sentimientos que lo
acompañan te tomaron desprevenido.
Perder a alguien porque cometió un suicidio puede ser
especialmente difícil de enfrentar. La gente que pierde
amigos o familiares por un suicidio puede experimentar
un profundo sentimiento de desesperación o tristeza,
porque se siente incapaz de comprender qué pudo haberlo
llevado a tomar una medida tan extrema. Incluso pueden
sentir enojo contra esa persona: una emoción totalmente
normal. O pueden sentirse culpables y preguntarse si
podrían haber hecho algo para evitar el suicidio. En
algunos casos, después de una pérdida traumática, una
persona puede deprimirse y necesitar ayuda especial para
aliviarse.
Si perdiste a un familiar cercano, como un padre, un
hermano o una hermana, es posible que sientas que te
robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona.
También puede ser difícil expresar tu propia aflicción
cuando los demás miembros de tu familia también están
afligidos. Algunas personas pueden esconder su propia
aflicción o evitar hablar de la persona que falleció,
porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro
miembro de la familia.
El duelo puede hacer que algunas personas se sientan
culpables sin motivo alguno. Dependiendo de las
circunstancias, algunas personas pueden preguntarse si
algo que hicieron (o dejaron de hacer) causó la muerte
de esa persona. Otros pueden pensar que si hubieran sido
mejores personas, tal vez su ser querido no habría
muerto. Estas cosas no son ciertas, por supuesto, pero a
veces estos sentimientos y estas ideas son una manera de
intentar darle sentido a algo que es difícil de
comprender.
Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero
¿qué puede hacer una persona para superarlos? ¿Cuánto
dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad?
¿Y cómo vas a seguir adelante sin la persona que
falleció?
Continuará
Lic. Rosa Elena Ponce V. |