A solicitud de muchos
suscriptores volveremos a enviar este artículo completo
nuevamente.
En general, lo mejor es usar más dirección y firmeza
cuando son pequeños y más comunicación cuando son
mayores. Por ejemplo, decirle a un niño de dos años que
la calefacción quema puede llegar a hacerle comprender
con el tiempo que no quema, pero retirar su mano y
decirle con firmeza ¡no!, le hace comprenderlo de forma
inmediata.
SABER ELOGIAR
Es más fácil que nos fijemos en lo que hace mal un niño
que en lo que hace bien. Los padres estamos tan
ocupados, que damos por sentado que la buena conducta se
ha de dar por que si y que está garantizada con nuestra
presencia.
Cuando las cosas van mal sacamos a relucir otro montón
de “fechorías”, cayendo en el error de la crítica
acabando todos sintiéndonos fatal. La crítica constante
combinada con algún elogio da otros resultados. El niño
llamará nuestra atención para conseguir la recompensa
como sea. Si el modo de enfocarlo es negativo, usará
medios negativos para llegar a nosotros. Pero si nos
concentramos en los “hechos positivos” se conseguirá una
mejor conducta como respuesta, porque de este modo el
niño obtiene más atención que es lo que en definitiva
buscamos todos.
Si no estamos acostumbrados a elogiar, puede resultarnos
difícil al principio, pero cuando más se aplica, más
natural y fácil es. Enseguida comprobamos que los
elogios son una influencia tan poderosa que solo con
unos pocos se pueden lograr nuevas conductas y con un
poco menos se mantendrá el cambio. Quizá temamos que los
niños se acostumbren y dependan del elogio (o
recompensa), es posible que actuando de forma
indiscriminada se pueda provocar algún problema en niños
inseguros o que hayan sido siempre el centro de
atención. Pero sabemos por experiencia que son más los
que no reciben bastantes, que los que reciben
demasiados. Si se usan ciertas directrices para
aplicarlos, comprobaremos que es una técnica de
disciplina muy eficaz.
Elogiar adecuadamente: Abrazos, besos y otras señales de
afecto son muy eficaces. Si el niño es tímido
utilizaremos “signos secretos especiales”, un guiño o
levantar el pulgar le harán notar que lo ha hecho bien.
A veces un comentario sobre su comportamiento será
suficiente, aunque parezca que no le dan importancia, si
el hecho se repite de forma adecuada, comprobaremos que
si le ha llegado el mensaje y que es eficaz. No debemos
olvidar que todo el mundo se cansa de las cosas buenas
si se tienen demasiadas. Hay que ser creativo y cambiar
de frases y efusiones, por ejemplo elogiarle delante de
un amigo o familiar. De vez en cuando los elogios se
pueden acompañar de un pequeño premio.
Elogiar inmediatamente: Son más eficaces si se producen
en el momento del hecho bien realizado. No debe pasar
mucho tiempo sobre todo si son pequeños. Podemos
acompañarnos de anotaciones donde los niños vean la
progresión de sus conductas y aplazar las recompensas a
cierto tiempo.
Continuará
Lic. Rosa Elena Ponce V. |