Convivir con una pareja no es tarea fácil, por eso
surgen todos los días múltiples problemas. La falta o
mala comunicación de la pareja produce múltiples
problemas, entre ellos los de poder que es uno de los
más comunes.
La mayoría de los problemas en las parejas tienen como
punto de partida la mala comunicación, la dificultad
estriba entonces en hacerlo de manera adecuada, pueden
haberse dejado llevar por la ira y decir palabras que no
sienten o reprochar situaciones sin haber preguntado la
razón que le llevó a realizar una determinada acción. En
otras ocasiones son demasiado escuetos al agradecer o
expresar algo positivo a alguien. En los peores casos
las palabras hacen daño, hiriendo los sentimientos de la
pareja.
En la pareja muchas de las cosas que se transmiten
surgen de una mirada, de una sonrisa, de la postura de
las manos, etc., pero las palabras no dejan de ser el
medio universal para la comunicación, sin embargo, lo
que queremos decir no es siempre lo que le llega al
otro. En el otro extremo del proceso de comunicación
está el receptor, la persona que recibe un mensaje y que
tienen la misión de descifrarlo e interpretarlo de
manera adecuada, pero en multitud de ocasiones el
significado que le puede dar a un mensaje puede estar
sesgado por las experiencias anteriores, por miedos e
inseguridades, por ansiedad, etc. Todo esto puede
suponer que acabemos interpretando algo negativo de un
mensaje cualquiera.
En cuanto a la lucha de poder que se puede dar dentro de
la pareja viven llevándose la contraria, tratando cada
uno de satisfacer su necesidad de ser amados, atendidos,
apreciados y echándole la culpa al cónyuge si no los
satisface. Por otra parte, como seres humanos con
valores personales y experiencias anteriores no se
pueden evitar ciertas expectativas, como hacerse una
idea de cómo debe comportarse la pareja, cómo debe ser
el amor, cómo será la convivencia de una persona y en
muchas de estas situaciones las expectativas son
bastante irreales y por tanto inalcanzables. Pensar en
cómo debe comportarse la pareja es, en algunos casos,
creer que se tiene el control sobre esa persona, pero si
creen que el cónyuge va a cumplir con todo lo que
establecen, seguramente estarán fracasando de antemano,
porque en muchos casos pueden llegar a ser demasiado
exigentes con este planteamiento.
Ya sea por el manejo del poder o por comunicación
deficiente lo importante es manejar primero nuestro
interior, porque al tener problemas de identidad
personal y desconocimiento de sí mismos seguramente
llevará a la mesa sus necesidades, esperando que la
pareja las resuelva, situación que no se realizará y
acarreará enojo y culpa mutua. En cambio, si cada uno se
conoce bien, sabe quién es y por qué está en esa
relación será más fácil comunicar lo que se requiera
entender a la pareja y superar los conflictos.
El sexólogo y psicoterapeuta de pareja David Barrios
propone las siguientes premisas para mejorar las
relaciones de pareja:
1.
Nuestra relación es transitoria, hay que actualizarla
todos los días.
2.
Nos comunicamos; sacamos a la luz oportunamente las
dificultades presentes.
3.
Expresamos también los sentimientos no solo la razón.
4.
Somos individuos, no “siameses”.
5.
Emprendemos un esfuerzo mutuo de confianza, crecimiento
e interés compartidos.
6.
Rompemos los roles de género rígidos y estereotipados.
7.
Hacemos una evaluación realista de las necesidades (de
la otra persona) que cada cual pueda satisfacer.
8.
Si es pertinente, participamos en terapia de pareja o
grupos de encuentro.
9.
En los diálogos empleamos una comunicación asertiva.
Para concluir, mejorar la relación de pareja parte de la
intención, es decir, de querer mover la
energía hacia un objetivo trazado con la pareja,
para de ahí poder entender al otro y desde luego,
perdonar.
Lic. Rosa Elena Ponce V. |