¿CÓMO ESCUCHAR Y HABLAR CON EL NIÑO?
Queremos que nuestros niños compartan sus pensamientos y
sentimientos para poder ayudarles y comprenderles en las
crisis de la vida. Queremos que se expresen
apropiadamente en lugar de manifestar sus sentimientos
de forma destructiva. Y queremos que nos escuchen y
oigan lo que se les dice.
Pero no nacen sabiendo cómo expresar lo que les pasa de
forma apropiada. Ni tampoco están automáticamente
preparados para escuchar lo que se les dice o pide.
Debemos plantearnos los adultos también nuestras
habilidades comunicativas…
¿Cómo hablarles cuando se hacen los sordos? No están
sordos, simplemente es una tendencia a desconectar hasta
que nuestro volumen de voz les advierte que la cosa se
pone seria. Para acabar con este problema proponemos
“decir siempre lo que pensamos, pero antes haber pensado
lo que decimos”. Es decir, elegiremos con cuidado las
palabras y después las apoyaremos con acciones que las
refuercen, justas, consecuentes y con sentido.
Para que aprendan:
·
Establecemos contacto visual. Hay que asegurar que el
niño nos mira cuando le estamos hablando.
·
Hablaremos con voz sosegada y firme. Sin ser severos o a
gritos, pues aprenderán a desconectar hasta que el tono
llegue al máximo.
·
Evitaremos preguntas en lugar de afirmaciones. Seremos
claros y definitivos indicando exactamente lo que
queremos de él, qué ha de hacer, dónde, cuándo y cómo.
·
Utilizaremos frases sencillas. Las instrucciones largas
y las explicaciones muy argumentadas hacen que el niño
pierda interés o se olvide de lo que se ha dicho al
principio.
·
Decir siempre lo que pensamos. Debemos explicarles qué
sentimientos nos producen sus acciones, no criticarles
sin más…
Lic. Rosa Elena Ponce V. |