La Familia info
Si tiene un hijo adolescente próximo a obtener su
licencia de conducir, sepa que tanto él como usted son
responsables ante la situación de adquirir dicha
licencia. Su hijo, con su conocimiento sobre el manejo y
sus aptitudes físicas y psíquicas, y usted, con la
responsabilidad de otorgarle la autorización teniendo la
seguridad de que realmente será cabal al poseerla.
Según las estadísticas, los jóvenes de 15 a 24 años
constituyen un tercio del total de los accidentes de
tránsito con víctimas fatales. Es decir, los
adolescentes se ven envueltos en tres veces más cantidad
de accidentes fatales que el resto de los conductores.
Esta lamentable estadística se debe a la combinación
entre la inmadurez emocional de un joven de esta edad,
sus comportamientos riesgosos y la falta de experiencia
en la conducción.
Teniendo en cuenta esta problemática y para comenzar a
analizar la situación de la adquisición de la licencia
de conducir a tan temprana edad, es necesario tener en
cuenta, en primer lugar, que el tránsito de una ciudad
está conformado por distintas personas que componen la
vía pública; entre ellos, conductores, peatones,
acompañantes, etc. Al pensar en su hijo(a) como
conductor de un vehículo, no pierda de vista el riesgo
que pudieran implicar aquellas otras personas que
comparten este sistema con él/ella y usted no conoce.
Cuando un “no”
Para un adolescente obtener su licencia de conductor es
un hecho trascendental en su vida, al mismo tiempo es
generadora de ansiedad e impaciencia.
Los padres conocen muy bien a sus hijos. Por este motivo
saben cómo actuarían o cuáles serían sus pensamientos o
decisiones ante situaciones desconocidas o imprevistas.
A su vez, reconocen si son lo suficientemente maduros y
estables como para obtener una responsabilidad tan
grande como la de conducir un vehículo.
Por lo tanto no vienen mal algunas recomendaciones para
aprender a reconocer en sus hijos estas actitudes poco
deseables que deberían desembocar en un “no” a la
autorización de la deseada licencia. Algunos ejemplos:
-
Si la personalidad de su hijo es impulsiva, inestable
o agresiva.
-
Si es irresponsable o inmaduro en sus situaciones
cotidianas (estudio, trabajo, etc.).
-
Si suele exponerse o verse envuelto en situaciones
peligrosas. Si participa de peleas o discusiones
habitualmente.
-
Si su actitud frente a la autoridad es inapropiada, si
responde o no a las órdenes, etc.
-
Si copia actitudes peligrosas de determinados amigos o
se deja llevar por ellos en cualquier situación.
Continuará
Lic. Rosa Elena Ponce V. |